"No tenemos ninguna víctima fatal, todos están con vida y fuera de peligro. Las personas heridas fueron trasladas a los hospitales Tornú, Pirovano, Zubizarreta y Fernández", precisó a DyN el titular del SAME, Alberto Crescenti.
En tanto, el jefe de los bomberos, comisario mayor Omar Bravo, aseguró a las 19.50 que "no nos consta que haya más personas debajo de los escombros".
"Las tareas no han terminado, seguimos buscando posibles víctimas. Ojalá que no quede nadie. Nuestra obligación es sacar hasta el último ladrillo", expresó.
Al promediar el operativo de rescate, Bravo dijo que se mantuvo contacto mediante celular con tres de las personas atrapadas entre los escombros y que finalmente fueron rescatadas.
En un primer momento, los testigos dijeron que eran quince las personas atrapadas tras derrumbarse el edificio donde funcionaba el gimnasio "Orion Gyn", en el primer piso, y dos locales de ropa en la planta baja. "Yo estaba a una cuadra, sentado en una confitería, cuando escuché el ruido. Corrí hasta el lugar y, en principio, no pude hacer nada porque no se veía. Luego, ayudé a tres chicas a salir", dijo un vecino. Ante la magnitud del siniestro, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, se hizo presente en el lugar junto a buena parte de su gabinete.
"Ahora lo importante es el trabajo que está haciendo nuestra gente, que es el gran objetivo. Después veremos cómo estaba la obra", manifestó el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, ante las críticas de los vecinos por supuestas irregularidades en la construcción lindera al gimnasio que se desmoronó.
En tanto, el secretario General de la Ciudad, Marcos Peña, aclaró esta tarde que la obra fue inspeccionada en mayo y "tenía todo en regla", a través de su cuenta oficial de Twitter.
No obstante, la defensora adjunta del Pueblo de la Ciudad, Graciela Muñiz, anunció hoy que pedirá informes al gobierno porteño para saber si la obra tenía la autorización correspondiente.
Allí hay un hueco de 8,66 por 56 metros, donde se preveía construir un edificio de diez pisos y para el que trabajaban máquinas excavadoras, por lo que se presupone que las vibraciones causaron el derrumbe de la estructura del gimnasio, cuya antiguedad está calculada en al menos 50 años. Un empleado del gimnasio, Sergio Pereyra, dijo a la prensa que no hubo problemas edilicios hasta que "se empezó a trabajar al lado, y reiteradas veces vibraba el piso".
"Se movía, pero lo que menos me iba a imaginar que se me iba a caer el gimnasio en la cabeza. Me ví muerta", dijo una mujer que logró salir del edificio junto con su hermana Claudia, ahora internada en el hospital Pirovano.