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Piden prisión perpetua para los menores imputados en el crimen de Urbani

Un fiscal solicitó hoy la pena de prisión perpetua para los dos menores de edad acusados de haber participado del homicidio de Santiago Urbani, el músico de 21 años asesinado en 2009 de un escopetazo en la cabeza durante un asalto en su casa del partido de Tigre.
Durante su alegato ante el Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil 3 de San Isidro, el fiscal Andrés Zárate pidió la pena máxima para los dos imputados que tenían 16 años al momento del hecho y cuyas identidades se preservan por cuestiones legales.

Zárate los consideró coautores de los delitos de "robo doblemente calificado, privación ilegal de la libertad agravada por el resultado muerte, homicidio criminis causa -cuando se mata para ocultar otro delito y lograr la impunidad-, en concurso real con portación ilegal de arma de guerra".

El fiscal también reclamó que estos adolescentes cumplan la pena de prisión perpetua de forma efectiva e inmediata y que el tribunal no se base en la Ley Nacional de Menores 22.278 que le permite no sólo declararlos "responsables" y diferir la pena hasta que cumplan la mayoría de edad, sino también de disminuirla.

Para Zárate, el tribunal debe regirse con la nueva ley sancionada en provincia de Buenos Aires que creó el Fuero Penal Juvenil y se maneja con el código y las penas de los mayores.

Si bien la prensa tuvo el ingreso prohibido desde el inicio del debate, el pasado 8 de junio, fuentes judiciales señalaron a Télam que Zárate dijo hoy en su alegato que "no cabe duda de que el menor que disparó tuvo la intención de matar".

Zárate explicó que el asesino le puso a Urbani la escopeta "apoyada a la cabeza" y que para efectuar el disparo "hizo el doble movimiento de tirar para atrás el martillo y apretar la cola del disparador".

Es que durante la instrucción, los cómplices del presunto autor material confesaron que el adolescente les dijo que se le había escapado el disparo, pero durante el juicio los peritos descartaron de plano esa posibilidad.

Por último, Zárate mencionó que este caso tiene "todos los agravantes mencionados en el Código Penal", y entre ellos, destacó la nocturnidad y el desprecio por la vida.

Luego fue el turno del alegato del abogado Jorge Casanovas, representante de la madre de Urbani como particular damnificada.

El ex ministro de Justicia bonaerense, ex diputado y ex camarista acompañó al fiscal en el pedido de prisión perpetua, pero en caso de que el tribunal considere inconstitucional esa pena para los menores de edad, solicitó subsidiariamente 48 años de prisión por la sumatoria de penas.

Mañana será el turno del alegato de la defensa de los dos adolescentes que ahora tienen 17 años y que a diferencia de lo que pasó en la instrucción, se negaron a declarar a lo largo de todo el debate.

Por el caso, hay un tercer detenido, Emiliano Alejandro Herrera (21), que será juzgado en otro debate, y un prófugo identificado como Oscar Alberto Pérez Graham, quien, según la investigación, reclutaba jóvenes para salir a robar y, en últimos días, apareció para amenazar a un testigo, según se denunció en el juicio.

El hecho ocurrió la madrugada del 10 de octubre de 2009, cuando Urbani llegaba a su casa ubicada en la avenida Liniers 1988 de Tigre, en su auto Chevrolet Corsa azul.

Cuatro delincuentes que llegaron en un Renault 18 robado lo interceptaron y amenazaron con un revólver y una escopeta recortada y lo obligaron a entrar a la casa, donde dormían su madre, Julia Rapazzini, y su hermana, Florencia Urbani.

Mientras los delincuentes recolectaban los objetos de valor de la casa y los cargaban en el auto de Santiago, se escuchó un disparo, tras los cual los tres ladrones que habían ingresado a la casa escaparon en el Chevrolet Corsa de la víctima.

El asesinato se produjo cuando Urbani quedó solo en la habitación de su hermana, mientras ella y su madre estaban retenidas en el otro cuarto.

Los delincuentes escaparon con 2.000 pesos, una caja de acrílico con alhajas, una laptop, dos PC, una filmadora, una cámara digital, sedantes, tres celulares, dos guitarras eléctricas con sus pedales de efectos, una máquina de afeitar y una depiladora.

Del análisis de las confesiones y de los testimonios de los familiares, amigos y vecinos de los imputados, el fiscal Zárate pudo reconstruir que aquella noche los cuatro integrantes de la banda estuvieron tomando cerveza con "rivotril" durante cuatro horas en Garín, hasta que decidieron salir a robar.

Incluso, la propia madre de la víctima contó que luego de escucharse el escopetazo, el asesino de su hijo entró a su habitación y le exigió la entrega de "rivotril" y no se fue de la casa hasta que ella le dio una caja de calmantes.

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