La travesía comenzó el 23 de enero hacia Río de Janeiro, Brasil, desde donde navegamos hacia el sur por el océano Atlántico, luego cruzamos el cabo de Hornos y llegamos al Pacífico por el Canal de Panamá, para después emprender el retorno", relató a Télam Carina Velarde, teniente de navío de la Fragata Libertad, antes de descender a la explanada donde la aguardaba su familia.
Los parientes -muchos de ellos niños- que llegaron al puerto desde distintos puntos del país para recibir a sus seres queridos, esperaron en silencio el arribo de la nave insignia de la Armada Argentina, que tocó el muelle justo las 13, mientras los tripulantes entonaban una marcha militar a capela.
"Es aquel, mi hijo es aquel chico que está parado en una de las velas", aseguró Pepe Vera, de la localidad cordobesa de Las Higueras, quien mientras sostenía un pasacalle de bienvenida saludaba al joven, uno de los gavieros, que venía parado en las alturas.
Una joven mamá con sus dos chicos, de uno y tres años, lagrimeaba esperando el momento para estrecharse en un abrazo con su compañero de hace cinco años.
"Hace mucho tiempo que no lo veo y lo extrañé mucho", dijo Betiana Herrero, de la localidad del sur bonaerense de Punta Alta.
La Fragata Libertad, que fue construída en los astilleros Río Santiago y botada el 30 de mayo de 1956, mide más de 103 metros y tiene 27 velas.
A pesar del frío y del viento, el paisaje del puerto se cubrió de otros colores cuando el histórico buque escuela arribó cubierto de banderas y con la tripulación formada de proa a popa, mientras la orquesta tocaba el repertorio de bienvenida.
En esta oportunidad, la nave cumplió con su 41º viaje de instrucción y trasladó a más de 300 guardiamarinas, oficiales y suboficiales de la Armada Argentina e integrantes de las armadas de otros países latinoamericanos.
Pero sólo 85 de ellos son los guardiamarinas -75 varones y 10 mujeres- egresados de las escuelas navales, que viajaron para poner en práctica a bordo lo que aprendieron durante su formación, esta vez en la fragata comandada por el capitán de Navío Mario Blanco.
"Después de estudiar en la Escuela Naval Militar realizan el primer viaje, donde aplican todo lo aprendido a bordo", dijo a Télam Velarde.
La bienvenida consistió en un acto presidido por el director de Educación Naval, contraalmirante Alvaro Martínez, y otras autoridades de la Armada.
La nave fue recibida por una centena de personas entre familiares y amigos, y muchos niños con banderas argentinas, que se fundieron en un abrazo con sus seres quieridos recién llegados, después de más cinco meses de ausencia. (Télam).
