Luego de señalar que le hubiera gustado que "todos los equipos del Mercosur" llegaran a la final, le deseó "suerte a los amigos de la celeste y blanca del otro lado del río" en obvia alusión a Uruguay que mañana se enfrenta a Holanda, aunque no lo nombró explícitamente.
En su discurso, Fernández de Kirchner reveló que se comunicó con Diego Maradona el sábado luego de ese partido pero que el ex 10 "no me pudo atender porque estaba llorando".
"Lo de Diego lo digo de corazón, creo que interpreto a la gran mayoría de los argentinos cuando digo que estamos agradecidos con él porque ningún argentino dio tantas alegrías dentro de una cancha de fútbol", resaltó.
Explicó que ayer, "cuando ví a miles de argentinos" recibir a la Selección en Ezeiza "sentí un doble orgullo: Por los que volvían que nos hicieron quedar bien y les estamos muy agradecidos y por los que les daban ese hermoso recibimiento en las buenas y en las malas".
"Los partidos de fútbol, como en la vida, se pierden y se ganan", argumentó la presidenta y por esa razón insistió en invitar públicamente a jugadores y al equipo técnico a la Casa Rosada aunque ellos "dicen que no se lo merecen".
"Tienen todo el merecimiento para ir cuando ellos quieran y yo los voy a estar esperando porque esta presidenta es más aguantadora en las malas que en las buenas", señaló la mandataria, para admitir luego que "cuando se les pase la depre, van a venir a la Rosada".
La presidenta dejó inaugurada en San Miguel la ampliación de la avenida Intendente Remigio López, primer jefe comunal del partido de General Sarmiento.
Estuvo acompañada por el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, el intendente local, Joaquín de la Torre, y el ministro de Educación, Alberto Sileoni, quien entregó libros para las escuelas del distrito.
