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Lideres mundiales buscan cimentar recuperación económica global

Los gobernantes de los países más industrializados y los emergentes, reunidos desde hoy en Canadá, buscarán superar diferencias y definir mañana un enfoque común para tratar de sostener una incipiente pero aún endeble recuperación económica tras el colapso financiero global de 2008.
El encuentro del Grupo de los 20 (G20) países llega precedido por diferentes posturas entre sus líderes sobre si la continuidad de las políticas expansivas del gasto público o el ajuste fiscal es la mejor manera de garantizar la recuperación, así como en torno a la imposición de un impuesto global a los bancos.

Las discusiones formales en Toronto, con la participación del presidente estadounidense, Barack Obama, y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, comenzarán mañana a la mañana tras el inicio de la cumbre de hoy con la recepción oficial a cargo del primer ministro de Canadá, Stephen Harper, y una cena de trabajo.

El evento forma parte de 72 horas de discusiones que arrancaron ayer en una localidad al norte de Toronto con una cumbre del Grupo de los Ocho (G8) países más industrializados que culminó hoy con una condena contra Corea del Norte por el reciente hundimiento de una corbeta surcoreana atribuido al país comunista.

En un comunicado, Obama y los gobernantes de Japón, Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia, Canadá y Rusia llamaron también a Irán a hacer más por el respeto a los derechos humanos y calificaron de "insostenible" la situación en la Franja de Gaza, el territorio palestino sometido a bloqueo por Israel y Egipto.

Los líderes se abocaron hoy a cuestiones de política internacional luego de no poder ponerse de acuerdo ayer sobre cómo seguir estimulando la recuperación económica tras la peor recesión desde la Gran Depresión de 1930, informó la cadena de noticias CNN.

El presidente estadounidense, Barack Obama, expresó días atrás su preocupación ante la rapidez con que países europeos, en especial Alemania, comenzaron a dar marcha atrás con el aumento del gasto y la fuerte intervención estatal en la economía instrumentadas el año pasado tras el colapso financiero mundial.

Muchos países emergentes, entre ellos Argentina, Brasil, China e India, se inclinan más por la posición estadounidense que por la europea y creen que la austeridad fiscal debería esperar a que la economía mundial vuelva a pisar terreno firme.

El Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón lanzaron todos severos planes de ajuste para contener sus déficit. Canadá, el anfitrión de la cumbre, quiere que se acuerden metas concretas de disminución del déficit para restaurar la confianza de los inversores luego del alboroto por la crisis de deuda de Grecia.

El comunicado final del G8 no mencionó cuestiones económicas, pero el premier Harper dijo a periodistas tras la cumbre que los líderes alcanzaron un consenso en torno a que el mundo no puede tolerar otro "evento cataclísmico" como el colapso del banco estadounidense Lehman Brothers, en 2008, que desató la crisis.

"Permanecemos muy comprometidos y muy vigilantes ante esas situaciones", dijo Harper, citado por CNN.

La cumbre del G8 tuvo lugar en la boscosa región del lago de Muskoka, desde donde los jefes de Estado y de gobierno volaron a Toronto en helicóptero para el inicio de la cumbre del G20.

Los países del grupo también intentarán resolver diferencias sobre reformas del sistema financiero, como exigir a los bancos contar con mayor capital para cubrir pérdidas o imponer impuestos a los bancos para reembolsar dinero aportado por el Estado (y los contribuyentes) para el salvataje de instituciones financieras.

En tanto, las autoridades de Toronto se prepararon para protestas potencialmente violentas contra el encuentro de activistas anti globalización.

El centro de la ciudad se parecía a una fortaleza, con una gran valla de acero y concreto erigida a lo largo de varias cuadras para proteger el lugar de la cumbre.

La policía canadiense patrullaba el Lago Ontario, frente a la sede del encuentro, con botes y jet skis.

Unos 20.000 policías formarán parte del operativo de seguridad, cuyo elevado costo de 1000 millones de dólares generó críticas por coincidir con discusiones sobre cómo superar una crisis económica. (Télam)

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