Según el diagnóstico médico, el trabajador padecía "estrés laboral, ataque de pánico", por los que recibió tratamiento y obtuvo el alta médica "con prescripción de tareas livianas acordes a su estado de salud".
Los jueces entendieron que "aún cuando la afección psíquica no tenga relación alguna con el trabajo, es evidente que la empleadora no estaba eximida de reubicar al dependiente en tareas compatibles con su estado de salud".
La ruptura laboral ocurrió el 30 de abril de 2007 porque Casinos de Buenos Aires, "al negarle al actor tareas acordes con su afección psíquica, se hace evidente que tuvo derecho a considerarse despedido y a reclamar las indemnizaciones legales".
La indemnización ascendió a 57.078 pesos, más intereses a contar desde la fecha de la finalización del vínculo.