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Bergoglio bajó el tono a la polémica por los dos tedeum

El cardenal Jorge Bergoglio le bajó hoy el tono a la polémica por los dos tedeum, al destacar como ¡"un hermoso gesto" que las autoridades nacionales, encabezadas por la presidenta Cristina Fernández, hayan ido a la Basílica de Luján a rezar por el bicentenario de la patria.
En su alocución reiteró, no obstante, el reclamo a la dirigencia para que tenga "una actitud de grandeza" que permita "superar el estado de confrontación permanente", al advertir que "no es momento para victimizarse ni para procurar ventajas sectoriales".

"Nos unimos a todos aquellos que están en Luján, encabezados por las autoridades, para rezar por la patria. Es un hermoso gesto del cual nos alegramos", subrayó antes de comenzar el Tedeum en la catedral metropolitana, adonde acudieron referentes de la oposición.

La Presidenta eligió participar del tedeum de la Basílica de Luján porque, según reveló, tuvo "una señal de la Virgen", tras un suceso ocurrido la Residencia Presidencial de Olivos, aunque también sobrevoló la sospecha de querer evitar una posible homilía crítica del arzobispo de Buenos Aires.

Bergoglio optó por leer el documento "La patria es un don, la Nación una tarea", elaborado en marzo pasado por la Conferencia Episcopal Argentina que preside, en vez de pronunciar una homilía, y explicó que lo hizo "como signo de unión de todas las Iglesias particulares del país y de fraternal unión con todos los obispos".

El primado reclamó así una mayor calidad institucional y urgió a la dirigencia a "una actitud de grandeza" que permita "superar el estado de confrontación permanente", al advertir que "no es momento para victimizarse ni para procurar ventajas sectoriales".

"La celebración del Bicentenario merece un clima social y espiritual distinto al que estamos viviendo. Urge recrear las condiciones políticas e institucionales que nos permitan superar el estado de confrontación permanente que profundiza nuestros males", aseveró.

Bergoglio leyó el mismo texto que la cúpula episcopal llevó en marzo pasado a Fernández de Kirchner, los miembros de la Corte Suprema y a los titulares de las cámaras de Diputados y Senadores.

"La situación actual requiere una actitud de grandeza de parte de todos los argentinos, en particular de sus dirigentes", subrayó ante una catedral colmada y con numerosos fieles siguiendo el oficio religioso desde la Plaza de Mayo.

Bergoglio insistió en alertar que la falta de calidad institucional genera principalmente un "alto costo social", y demandó a los tres poderes del Estado que "actúen respetando su legítima autonomía y complementándose en el servicio al bien común".

"Es el momento de privilegiar la sanción de leyes que respondan a las necesidades reales de nuestro pueblo, y no de detenerse en opciones fijadas por intereses que no tienen en cuenta la naturaleza de la persona humana, de la familia y de la sociedad", precisaron los obispos.

Ese párrafo, se explicó, fue en alusión a los fallos judiciales y a los proyectos para legalizar el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, preocupaciones "permanentes" de la Iglesia.

Tras asegurar que "la calidad institucional es el camino más seguro para lograr la inclusión de todos en la comunidad nacional", alertó que "si toda la nación sufre, más duramente sufren los pobres".

"La patria es un don que hemos recibido, la nación una tarea que nos convoca y compromete nuestro esfuerzo. Asumir esta misión con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar el bicentenario de nuestra patria", aseguró.

El texto de la declaración leída por Bergoglio -además del documento "Hacía un Bicentenario en Justicia y Solidaridad, de noviembre de 2008- fue entregado a los representantes políticos, en mayoría opositores, que participaron del Tedeum en la catedral metropolitana.

Desde que llegó al poder, el matrimonio presidencial cambió en forma sistemática el lugar de la celebración religiosa del 25 de Mayo, que por historia y tradición debía celebrarse en la catedral metropolitana de Buenos Aires.

Con el argumento de federalizarla, y la sospecha de querer esquivar una posible homilía crítica de Bergoglio, los Kirchner trasladaron el oficio religioso. Esta vez no fue la excepción.

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