"El racismo del estado español otra vez actúa con impunidad, impunidad que se ve facilitada por la inoperancia de las autoridades excesivamente bien pagadas del consulado argentino de Madrid", fustigó Diego Arcos, secretario de la organización que nuclea a los connacionales radicados en Cataluña.
Ante la decisión de España de impedir el ingreso de los artistas de "cumbia villera", Arcos reclamó "que las autoridades argentinas ejerzan sus obligaciones y ayuden a estos compatriotas a poder realizar su gira".
Los "Pibes chorros" tenían agendadas presentaciones en Madrid, Barcelona y Valencia, con entradas a un valor promedio de diez euros.
En septiembre pasado, una situación similar atravesó el baterista de la banda de rock Divididos, Catriel Ciavarella, quien quedó demorado dos días en Barajas junto al sonidista del trío, César Clementino.
"Cuando presenté mis documentos me llevaron a un cuartito para hacerme una entrevista sobre el propósito del viaje y, media hora después, me quitaron mis pertenencias y me trasladaron a una habitación de cinco metros por quince, sin decirme nada más", dijo entonces a la prensa el músico.
El baterista pudo participar de los shows en Madrid y Barcelona luego de que el autoridades italianas confirmaran que estaba en trámite el proceso para adquirir la ciudadanía de ese país, mientras que Clementino fue devuelto al país tras permanecer demorado durante cinco días en condiciones de hacinamiento junto a otras personas de América Latina.