Charly García, parte de la religión

De excelente ánimo, con casi tres horas de concierto y con invitados el músico hizo un repaso de su repertorio en la primera presentación en el Luna Park. Repite el viernes 19 de marzo y una nueva función el 3 de abril también en el templo del box. Después de ocho años, con una intensa lluvia que caía afuera otra vez como testigo de una nueva noche épica como aquella vuelta en Velez el año pasado, Charly García brilló, en el primero de tres conciertos, en el Luna Park donde hizo un recorrido de su repertorio y se puso en el bolsillo a 8 mil almas que se rindió a los pies del hombre del bigote bicolor.

De excelente humor, muy activo y yendo de un lado a otro del escenario el regreso empezó bien arriba con “Demoliendo hoteles” para seguir sin interrupciones con “Promesas sobre el bidet” y “Rap del exilio”, para disparar otra vez los corazones con el solo de guitarra del “Negro” García López en “Cerca de la revolución” que hizo vibrar el templo del box.

“Ladys and Getlmans, un tema nuevo” anunció Say No more, y sentenció “a los que me quieren ver mal se van a la…” e hizo el estreno de La Medicina, una canción de corte soul, para luego continuar con “Fanky”.

Luego llegaron los invitados con León Gieco que intepretó “Los salieris de Charly”, y García jocoso en el estribillo donde dice "Somos del grupo Los Salieris de Charly, le robamos melodías se preguntaba "¿A mí?". Tanto le gustó que dijo: “Me entusiasmé, esto es una zapada” y fuera de la lista de temas hicieron “El Fantasma de Canterville”.

Desfilaron los temas Pecado Mortal, Influencia, Pasajera en Trance, Raros Peinados Nuevos y Me Siento Mucho Mejor, Vicio y Nuevos Trapos.

También Pedro Aznar fue parte de la fiesta para hacer “Perro Andaluz”, y a continuación, sin antes Aznar recordar que se había estrenado en el Luna con Serú Girán hace 32 años Charly agregó: “Esta viejita” para interpretar junto a la multitud “Seminare”. El adiós fue con la radical “Rocanroll yo”.

Afuera había parado de llover, en el ambiente se respiraba a histórico como aquel Adiós Sui Generis o cuando presentó Influencia, se respiraba un regreso esperado con un García feliz, brillante y dando lo mejor acompañado por una banda que lo conoce muy bien y que le cuida las espaldas en lo musical y en lo emocional.

Ya sin la carga del estigma del artista que se inmola el camino parece estar despejado para nuevas canciones y más recitales para ganar mayor confianza. García volvió, García es parte de la religión del pueblo, ese vicio que no se puede dejar.

Luis Viviant
luisv@elcomercioonline.com.ar