La ley establece metas de reducción del tonelaje de basura que la ciudad envía a los rellenos sanitarios bonaerenses, los que determinan un 30% menos este año respecto a 2004 -año tomado como referencia-, un disminución del 50% en 2010 y de un 75% en 2012, a la vez que prohíbe el entierro de residuos reciclables para 2020.
Scioli aseguró que "no sólo no bajaron sino que incrementaron otro 30%" ese tonelaje y sugirió que la ciudad someta sus residuos a procesos de reuso y reciclado "tantas veces como sea posible antes de ser descartados y enviados a su disposición final".
Según el último informe de la Coordinadora Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), el envío que realizó la Capital Federal en febrero pasado fue de 158.121 toneladas, contra 120.942 de 2009.
La polémica por el incumplimiento de esa ley se reabrió el lunes cuando Scioli dijo estar "podrido" de la basura que envía la ciudad de Buenos Aires, mientras que desde el gobierno porteño respondieron que esas afirmaciones tenían connotaciones políticas.
El jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez, aseguró que el problema del manejo no tiene una vinculación electoral y le pidió Macri que "no meta" a la Provincia "en sus internas".
Pérez afirmó que "los que se pelean por la campaña son Macri y (Francisco) de Narváez, que no nos metan en sus internas que terminan perjudicando a los habitantes de nuestra provincia y de la Ciudad también. Que no le busquen ninguna connotación política, que le busquen una solución al tema de la basura", apuntó.
"Cuando asumimos en diciembre de 2007 la ciudad generaba 5.000 toneladas diarias, hoy debería estar generando 4.000, de acuerdo a la ley de Basura Cero, y está generando 6.000, 2.000 toneladas más de lo proyectado", indicó.
El gobierno porteño reconoció que no han podido reducir el tonelaje de basura, pero advirtió que se han reducido los residuos húmedos (desperdicios de comidas) mientras creció la cantidad de residuos áridos (escombros).
"Estamos haciendo un tratamiento especial para este tipo de residuos que consistirían en plantas que depuren el material para luego reutilizarlo en terrenos bajos", explicó el subsecretario de Higiene Urbana, Fernando Elías.
La situación motivó un pedido de informes al ejecutivo porteño de parte del legislador Adrián Camps, de Proyecto Sur, quien dijo a Télam que el gobierno de Macri "no hizo nada para cumplir con la ley".
Camps consideró que el gobierno "no le prestó la debida atención al problema y se conformó con el trabajo que hacen los cartoneros, sólo hizo un intento con los contendores para que se separen allí los residuos húmedos de los secos, pero tampoco resultó por la falta de una campaña de concientización y educación para la sociedad".
"El reciclador no quiere sacar los residuos húmedos de los cestos entonces de allí va directamente al relleno sanitario, no hay separación en origen con un sistema de transporte que a la ciudad le cuesta 56 millones de pesos, mientras que los contenedores que no sirvieron costaron unos 100 millones", dijo Camps.
Según informes de la organización ecologista Greenpeace, que impulsó la aprobación de la Ley, en 2008 enviaron a los rellenos sanitarios bonaerenses un 14% más de residuos respecto a 2007 y en 2009 ese incremento fue del 0,2% respecto a 2008.
Para cumplir con la meta que establece la Ley de Basura Cero, al finalizar el corriente año se deberán enterrar en la provincia de Buenos Aires no más de 1.048.359 toneladas, es decir un 43,25% menos (799.389 toneladas), según Greenpeace.
La entidad indicó en su balance de 2009 que el readecuamiento de contratos con las empresas de recolección de residuos establecido en mayo de 2007 incluía la recolección diferenciada y contenedores en el 25% de la superficie de la ciudad, pero este sistema fue dejado de lado en 2008.
"El gobierno porteño, pese a este desmantelamiento, abonó el año pasado a las empresas por este servicio que no prestaron; aunque anunciaron la instalación de 2.800 contenedores éstos no fueron para recolección diferenciada", recalca el informe.
El directivo de Greenpeace Juan Carlos Villalonga dijo a Télam que en este momento "la ciudad de Buenos Aires, con los residuos que vuelca, es el principal factor contaminante de la provincia, más allá de lo que puedan generar empresas en este aspecto".
Villalonga destacó que la ley "no surgió por un delirio, cuando se planteó en el 2004, hace seis años, ya se sabía que se iba a generar este problema, que los rellenos sanitarios no iban a dar abasto si crecía la cantidad de basura aportada por la ciudad".
