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River llegara mejor que Boca, pero en los superclásicos no hay pronósticos

River llegara mejor que Boca, pero en los superclásicos no hay pronósticos
River Plate llegará al próximo superclásico en mejores condiciones, futbolísticas y anímicas, que Boca Juniors, su tradicional rival, aunque la historia marca que los duelos entre ambos clubes son tan especiales que no responden a pronósticos.
Por lo pronto, en la última fecha el conjunto de Núñez se recuperó de la caída por 2-0 que sufrió ante Independiente, el actual líder del campeonato, al batir a Huracán por 2-0 en el Monumental con participaciones de la dupla ofensiva elegida por el entrenador Leonardo Astrada.

Para el director técnico, el desenlace de la novena fecha del Clausura fue ideal para encarar una semana que podría haberse complicado si su equipo perdía ante "El Globo" y se generalizaban los cánticos de apoyo a Ariel Ortega, que en parte por el triunfo pasaron casi desapercibidos.
Ahora, a ocho puntos de la cima con media competencia por delante, Astrada podrá planificar el superclásico con menos presión.

En River hacen acopio también de los problemas que padece Boca, a la presión de estar penúltimo y herido con la goleada ante Tigre, y con posibilidades de hundirse si pierde el clásico.

Las únicas variantes para ir a La Bombonera serían los regresos de Matías Almeyda (había sufrido una contusión en un gemelo) y Gustavo Cabral (recuperado de una inflamación en los ligamentos de la rodilla derecha que lo marginó del tramo inicial del certamen) por Roberto Pereyra y Nicolás Sánchez, respectivamente.

Astrada deberá enfocarse principalmente en elevar el volumen de juego del "Millonario", aunque está bien encaminado, ya que acertó al apostar a la recuperación de Marcelo Gallardo.

El domingo, el armador no alcanzó el nivel de sus mejores tiempos, pero a River le bastó con encontrarlos en sintonía a él y al paraguayo Rodrigo Rojas en varios pasajes del encuentro para quebrantar al débil Huracán.

De hecho, el local podría haber ampliado la diferencia si hubiera tenido otro peso adentro del área rival, sin desmerecer la buena actuación del centrodelantero riverplatense Rogelio Funes Mori, aún inexperto.

En tanto, Huracán tampoco fue una prueba de fuego para la defensa que ante Boca podría manejar Cabral, pero alcanzó con la pegada de Patricio Toranzo (y nada más) para poner en aprietos a la última línea en varias oportunidades.

A sabiendas de ésto, es probable que Astrada plantee el partido con dos volantes de contención bien definidos, Almeyda y Oscar Ahumada, con la intención de cortar el circuito futbolístico boquense anulando al enlace, Juan Román Riquelme, lejos del arco de Daniel Vega. Pero más vale que lo hagan sin cometer infracciones, porque el último domingo cada situación de balón parado fue un dolor de cabeza para los zagueros Sánchez y Alexis Ferrero, y por lo mismo, para el propio Vega.

A su vez, más atentos tendrán que estar a lo que ocurra a sus espaldas Paulo Ferrari y Juan Manuel Díaz, ya que en la próxima ocasión no serán ni Gino Clara ni Adrián Peralta quienes tendrán espacio para aprovechar pases largos y llevar peligro por las bandas.

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