La empresa manifestó que "no se trata de limitar el consumo, sino de evitar el derroche utilizando sólo la cantidad que se necesita".
Una canilla que gotea, recordó, desperdicia 46 litros diarios, un flotante de depósito deficiente provoca una pérdida de 1.200 litros en el mismo lapso, y el desborde de un tanque de reserva hace que se derrochen más de 2.600 litros de agua en una jornada.
Finalmente, recomendó que en períodos de verano el uso intensivo en actividades tales como el riego, el llenado de piletas, el lavado de veredas o vehículos se realice después de las 22 horas.