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Triple crimen: prisión preventiva para los detenidos

Los hermanos Marcelo y Gabriel Schillaci, y Martín y Cristian Lanatta, quedaron imputados del delito de "privación ilegal de la libertad y homicidio calificado", así lo definió el juez de Garantías Marcelo Romero.
Fuentes judiciales informaron que el magistrado avaló lo realizado por el fiscal de la causa, Juan Ignacio Bidone, quien había solicitado el procesamiento de los cuatro sospechosos por el asesinato de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina en agosto del 2008.

De acuerdo a la imputación que sostuvo el juez Romero, los agravantes en el accionar delictivo de los acusados fue el uso de arma de fuego, el ensañamiento y la participación de dos o más personas.

A partir de esta acusación, si estos cuatro sospechosos llegaran a ser condenados en un juicio oral, recibirían la pena de prisión perpetua.

Sin embargo, para los investigadores, la pesquisa no se agota con estos cuatro imputados por lo que continuarán las diligencias, en especial, para dar con los autores intelectuales de la masacre.

En tanto, el magistrado Romero aún no se expidió sobre el pedido del juez Federal porteño, Julián Ercolini, quien el martes pasado se excusó de intervenir en la causa por la muerte del testigo Emiliano Marcos y sostuvo que el fiscal Bidone debe llevarla la investigación del caso.

El juez Ercolini opinó que por conexidad es el instructor de la causa de los homicidios de Forza, Ferrón y Bina el que debe establecer si el testigo se suicidó, fue instigado a hacerlo o asesinado.

Según la investigación que realizó el fiscal Bidone, el 7 de agosto del 2008 las tres víctimas concurrieron a una reunión de trabajo al Walmart de Sarandí, donde planeaban cerrar un negocio, y allí fueron engañados por sus agresores.

La principal sospecha de Bidone apunta a que fueron llevados por la fuerza a la casa de Cristian Lanatta, en la calle Videla 631 de Quilmes, donde permanecieron privados de la libertad al menos durante algunas horas y, luego, los asesinaron.

De hecho, el fiscal aún aguarda los resultados de distintos peritajes en los cuales se levantaron muestras de sangre presuntamente humana para determinar si pertenece a alguna de las víctimas.

La camioneta de Ferrón calcinada fue hallada la misma noche de la desaparición en el barrio porteño de Flores, mientras que el auto de Forza apareció estacionado junto a un cordón en proximidades de Plaza Constitución.

Durante los allanamientos en los cuales se lograron las detenciones de los hermanos Schillaci y de los hermanos Lanatta se secuestraron armas, vehículos, teléfonos celulares, agendas y otros elementos de importancia para la causa.

Las pesquisas creen que Forza, Ferrón y Bina fueron asesinados a balazos y, luego, sus cuerpos fueron guardados en algún freezer hasta que finalmente fueron arrojados en un zanjón del partido de General Rodríguez.

Los cadáveres fueron hallados el 13 de agosto de ese mismo año, es decir seis días después.

Para Bidone, el móvil de la masacre fue triple: por un lado vinculado a negocios que realizaba una de las víctimas en mesas de dinero, por otro por los negocios de medicamentos truchos y, finalmente, por el trafico ilegal de efedrina y bandas de narcos mexicanos.

De hecho, la viuda de Forza, Solange Bellone, esta detenida por la denominada causa de "la mafia de los medicamentos".

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