Cañón dijo que "en la Bonaerense todavía hay más de 9 mil agentes que vienen de la dictadura, de los cuales 3 mil han pasado por centros clandestinos de detención y siguen en actividad", sostuvo en declaraciones a Radio Provincia.
Y advirtió que "si esto no se corta de raíz, si no se hace una purificación real, si no se hace una transformación democrática de la policía, como se hizo con las Fuerzas Armadas, corremos riesgos de que no haya una consolidación democrática auténtica".
El funcionario afirmó que "el síntoma más significativo fue la desaparición de Jorge Julio López, que ha demostrado claramente la operatividad de los grupos vinculados a la represión ilegal que buscan nuevas formas de impunidad cuando ven que las sentencias se avecinan" y explicó que "a partir de allí vamos a ver una serie de síntomas que tienen que ver con delitos de la dictadura y también tienen que ver con delitos de la actualidad".
Cañón explicó "no es casual que las documentaciones principales que tenían (en la secretaría de Derechos Humanos) eran sobre la desaparición de Luciano Arruga, un adolescente que la propia policía quería hacer robar para ellos y que desapareció en enero de 2009 por no acoplarse a este sistema mafioso de la policía bonaerense".
Afirmó que "son síntomas muy significativos que hay que prestarles adecuada atención desde el espacio democrático, desde el poder político que debe estructurar y reestructurar a la policía para que realmente responda al poder civil y no tenga estos desmadres que tienen que ver con la dictadura y la forma ilegal de proceder".
El ex fiscal federal reclamó al poder político que "actúe con la máxima energía, sin claudicación, sin negociar con la policía" y agregó: "Se debe dar un gesto político fuerte para llegar a descubrir esta maraña de complicidades y delincuencias, que tiene que ver con la inseguridad, porque cuando hablamos de inseguridad estamos hablando de la que se genera en redes mafiosas que tienen que ver con el narcotráfico, con el tráfico de armas, con los piratas del asfalto y los desarmaderos, que es la verdadera causa de la inseguridad".
"Cuando la policía manda a menores a robar autos para desarmarlos, estamos frente al peligro real de la delincuencia", advirtió el titular de la Comisión Provincial por la Memoria, al tiempo que rechazó la idea de "acudir a mecanismos que le den más poder a la policía".
