El hígado de ese paciente fue trasplantado a otro receptor que padecía una enfermedad hepática terminal.
La práctica poco habitual se pudo concretar porque el hígado del paciente que sufría la alteración congénita no le servía a su propio organismo, pero sí al del receptor.
El titular del CUCAIBA, Clemente Raimondi, dijo que "el trasplante hepático dominó es muy importante porque se demuestra la optimización del sistema de ablación e implante de la provincia".
En ese sentido, destacó el trabajo del organismo y dijo que "está basado en la capacitación de los médicos, la infraestructura hospitalaria, la tarea de los promotores y el papel preponderante que le damos a la educación".
Una práctica similar se realizó en 2003 en el Hospital Argerich de la Ciudad de Buenos Aires, recordó el ministerio de Salud bonaerense.