Una de las víctimas del robo fue Gabriela, una mujer de 45 años casada con un comerciante, que estaba en la vivienda con cuatro de sus cinco hijos de entre 11 y 22 años. La señora relató que estaba cocinando cuando en el living aparecieron dos jóvenes armados y con las caras tapadas: "Me sorprendieron tanto que pensé que eran amigos de uno de mis hijos que nos estaban haciendo un chiste".
Sin embargo, nada de lo que pasaba era una broma. En la casa, los delincuentes exigieron dinero y amenazaron con matarlos a todos. Pero cuando consiguieron su objetivo, huyeron del lugar con dinero, joyas y artículos de electrónica. "Antes de escapar, nos encerraron a todos en un cuarto y se fueron por el mismo lugar por el que entraron", contó Gabriela.
La mujer relató que, pese a que el barrio privado tiene seguridad privada, los jóvenes asaltantes lograron entrar porque una rotura en el cerco perimetral. "Primero cortaron el alambre de un terreno abandonado del Colegio Marín que da a la calle La Salle y de ahí pasaron a las vías del Tren de la Costa. Luego cortaron el alambre que da al barrio y se metieron a mi casa porque era la que estaba más cerca y justo vieron que la señora que trabaja acá sacaba la basura", explicó, según publicó el diario Clarín.