El escenario estuvo decorado con una pantalla gigante que reproducía constantemente imágenes de Cafiero mezcladas con las del tres veces presidente Juan Domingo Perón y su esposa María Eva Duarte. También mostraba textos del poeta Leopoldo Marechal.
Entre los más eufóricos del acto estuvo el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, especialmente al entonar la marcha peronista.
Hubo otros cánticos que movilizaron a los presentes, como el clásico "Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es radical" que hizo parar a la gran mayoría de su butaca.
Una hora y media después de lo anunciado comenzó el acto con el ingreso al escenario de la presidenta Cristina Fernández, su antecesor, Néstor Kirchner, el homenajeado Cafiero, el gobernador y jefe del PJ nacional, Daniel Scioli, su vice y presidente del partido en provincia Alberto Balestrini y el titular de la CGT, Hugo Moyano.
Las estrofas del hinmo nacional tuvieron que ser cantadas "a capella" debido a un desperfecto técnico.
Después del himno, la presidenta se acercó a la primera fila de butacas para saludar a la senadora colombiana Piedad Córdoba Ruíz, quien fue propuesta para el premio Nobel de la Paz que finalmente obtuvo Barack Obama.
En un discurso de diez minutos Balestrini leyó a Marechal y recordó la frase de Cafiero de "el que gana conduce y el que pierde acompaña".
Scioli, en apenas 5 minutos, repitió su discurso positivista y concluyó que "hasta el cumpleaños (de Cafiero) es un símbolo de unidad" en alusión a la diversidad de invitados que cosecha.
Los peronistas entregaron a Cafiero una placa recordatoria y la ley que lo declaró ciudadano Ilustre (la 13.884) y escucharon a la legisladora colombiana, quien elogió a los Kirchner y destacó la figura de Moyano.
"Cuídenlo bastante, en Colombia matan a casi todos los dirigentes sindicales", dijo Córdoba. Hubo risas y miradas de preocupación.
Cafiero, quien habló 23 minutos, pidió "unión del peronismo por que queremos un presidente peronista en 2011", ante lo cual el pleno del teatro comenzó a corear "Néstor, Néstor".
Kirchner no gesticuló; Cristina Fernández tampoco.
Finalmente, la presidenta habló, según dijo, a modo de "una compañera más" durante 19 minutos y fue aplaudida una docena de veces.
Mientras Cristina Fernández daba su discurso, cuatro mujeres que ingresaron por el fondo del teatro levantaron una bandera que decía "Lezama Libre", en representación de pobladores que reclaman la autonomía de esa localidad.
Cristina Fernández saludó a niños, militantes, posó para decenas de fotos con sus seguidores, fue de las últimas en retirarse del lugar mientras que en la calle sonaban todavía los bombos y redoblantes.