El joven, quien pidió no presenciar la lectura del veredicto, fue penado con 33 años de prisión, cinco menos que los requeridos por el fiscal del juicio Eduardo Rodríguez.
Los jueces atenuaron la pena a Bagnatori al valorar "la falta de antecedentes y su llana y sincera confesión y su manifestación de arrepentimiento, en cuanto evitó la revictimizacion de las damnificadas", al declararse culpable en la primera jornada del debate y admitir todos los cargos en su contra.
Eso permitió que las víctimas de los ataques no debieran presentarse a revivir los hechos en el juicio y que sus testimonios se incorporaran al debate por lectura.
En tanto, los magistrados consideraron como agravantes que los cinco hechos fueron cometidos en un lapso inferior a dos meses y, además, porque Bagnatori eligió el horario nocturno para procurar el éxito de los ataques.
De acuerdo al fallo del TOC 1, Bagnatori cometió cinco abusos sexuales, dos de ellos con acceso carnal, y en cuatro de los casos les robó a sus víctimas celulares y dinero.
El primer ataque que se le atribuyó fue el cometido el 26 de septiembre del 2006, a las 5.45 cuando en el cruce de las calles General Guido y Formosa, de Béccar, Bagnatori interceptó a una mujer a la que amenazó con una navaja y la obligó a practicarle sexo oral, tras robarle algunos efectos personales.
Un mes después, el 27 de octubre del mismo año, a las 8.30, en una parada de colectivos situada en América y Juan B. Justo, de Béccar, Bagnatori amenazó con un arma blanca a otra mujer, a quien obligó a que lo abrazara mientras le exigía dinero y su celular.
Tras apoderarse de 14 pesos y el teléfono de la víctima, el agresor la apoyó contra la ventana de una casa, le colocó una cuchilla en el cuello, la manoseó y se masturbó, tras lo cual huyó.
El 15 de noviembre del 2006, el joven cometió el tercer ataque por el que hoy fue condenado: a las 4.40 de la madrugada, en la parada de colectivos situada en Julián Navarro y Formosa, sorprendió a otra mujer, a quien tomó del cabello y amenazó también con un arma blanca.
Según se estableció en la causa, Bagnatori obligó a su víctima a caminar hasta una casa abandonada donde le robó una billetera en la que tenía 15 pesos y el celular, la manoseó y, ante la resistencia de la chica a practicarle sexo oral, la golpeó, se masturbó y escapó.
A los dos días, el 17 de noviembre de ese mismo año, a las 6, en la parada de colectivos de Julián Navarro y Misiones, también de Béccar, amenazó con un cuchillo a otra mujer, a quien le robó 200 pesos y el celular y la llevó a la misma casa deshabitada que a su anterior víctima, donde la manoseó y la violó varias veces.
Finalmente, el 18 de noviembre, a las 8, en Julián Navarro y Marconi, de Béccar, interceptó a otra mujer, la amenazó con un arma y la hizo caminar con él unos metros, aunque la víctima pidió auxilio a un transeúnte que ocasionalmente pasó por allí, lo que hizo que el agresor escapara sin concretar su propósito.
El 28 de septiembre, al comenzar el debate, Bagnatori confesó ante los jueces Alberto Ortolani, María Elena Márquez y Mónica Tisato que había cometido los cinco ataques, y evitó enfrentarse a las mujeres durante el debate.
El joven también sostuvo que él había sido abusado verbal y sexualmente por sus padres cuando era más joven y explicó que violó a las mujeres como una forma de desquitarse con la sociedad.
En el expediente por las violaciones, además de la confesión de Bagnatori existen reconocimientos de las víctimas y una muestra de ADN que lo comprometió en uno de los ataques. (Télam).
