"Un escritor muy importante decía que escribimos para no morirnos, nosotros leemos para no morirnos, porque con la lectura vivimos otras vidas, ampliamos nuestro lenguaje, nos damos cuenta que pertenecemos a un 'nosotros'", agregó el ministro.
La Maratón que organizó la Fundación Leer apuntó a que "niños, jóvenes y adultos descubran, junto con sus familias y otros miembros de la comunidad, el placer de la lectura" y a tratar de alcanzar "una Argentina alfabetizada".
"Acá tenemos una extraordinaria noticia, 10 mil escuelas, 3 millones de alumnos de todo el país están participando hoy en las aulas, en los patios con sus maestros, de esta Maratón Nacional de Lectura", destacó Sileoni.
Dentro del Zoo, en un circuito de 21 "Postas de Lectura" con actividades y talleres para más de 650 alumnos, la "parada" del Plan Lectura del Ministerio de Educación nacional contó con la presencia del ilustrador y artista Pablo Bernasconi, como coordinador de grupos y propuestas.
En esta edición también se donaron 800 cuentos editados por el Plan Nacional de Lectura, de la cartera educativa, que se regalaron a cada uno de los chicos que participaron de la actividad en el Zoo, a quienes se les invitó a que continúen leyendo en sus casas.
Durante la jornada, en forma simultánea en diferentes puntos del país, niños, jóvenes y adultos escucharon y leyeron textos literarios, además de realizar actividades vinculadas con la lectura.
Cada escuela destinó tiempo de la jornada exclusivamente a la lectura y al finalizar cada institución realizó un recuento de libros leídos entre los niños, padres y voluntarios participantes.
Los docentes recibieron como disparadores frases de Michèle Petit, antropóloga francesa e investigadora de la lectura.
"La lectura puede ser... un camino privilegiado para construirse uno mismo, para pensarse, para darle un sentido a la propia vida, para darle voz a su sufrimiento, forma a los deseos, a los sueños propios", fue una de las reflexiones.
Otra de las frases de Petit señaló que "festejar la lectura es contribuir a la adquisición del hábito de lectura, es fomentar al sostenimiento de una práctica indiscutida, necesaria, irremplazable".
"Es, por último, resignificar un derecho muchas veces postergado, olvidado y allí es cuando las instituciones educativas resultan actores clave en el contacto entre los niños y los libros", concluía el párrafo.
