De acuerdo al letrado, el primer testigo contó que vio a Lauro bajar de un patrullero y que empezó a correr y pedir auxilio, aunque no pudo ver quien o quiénes iban en el móvil.
El empleado denunció también que luego de haber declarado aquello en la etapa de instrucción, el imputado Pablo Enriquez fue a verlo y le pidió que cambiara sus dichos.
Según Hermo, luego fue el turno de una psicóloga del centro de Asistencia a la Víctima del Poder Judicial que atendió a Lauro el mismo día que denunció la violación y aseguró que la chica sentía temor porque los sospechosos eran policías.
Por último, el neurólogo que asistía a Lauro desde años antes del hecho ratificó que la joven, por su discapacidad, no era capaz de consentir una relación sexual.
Tras estas testimoniales, los jueces Claudio Rapolo, Elena Barcena y Angeles Andreini, pasaron a un cuarto intermedio hasta las 9 del próximo miércoles, cuando declararán los últimos testigos y luego las partes expondrán sus respectivos alegatos.
El debate, en el que la fiscalía está a cargo de María Vivas, comenzó el martes pasado con la declaración de Sonia Lauro, la hermana mayor de Paula.
Sonia apuntó contra todos los imputados, Mauricio Padín, Néstor Panucci, Sergio Gutiérrez y Enríquez; en especial, al primero de ellos, que, según ella, desde hacía meses quería seducir a la víctima.
Los ex policías, que al momento del hecho estaban en servicio en el Comando de Patrullas de Escobar y llegan al debate con libertad condicional, están procesados por el abuso sexual agravado de Lauro pero no se les imputa la muerte.
Según Hermo, a los acusados se les atribuye los agravantes de que el abuso fue "gravemente ultrajante para la víctima" y que hubo "participación de dos o más personas pertenecientes a la fuerza policial y en ocasión de sus funciones". (Télam).
