A raíz de la manifestación, que provocó inconvenientes severos en el tránsito vehicular y atascamientos con filas de vehículos de hasta 10 kilómetros, intervinieron efectivos de Gendarmería Nacional para ordenar la marcha de los automóviles.
Los trabajadores manifestaron en un comunicado que la protesta responde al despido de 150 obreros, que se concretó hace un mes.
Por su parte, el director de Asuntos Corporativos de Kraft Foods Argentina (Terrabusi), Pedro López Matheu, afirmó que "los despidos no lo son por causa gremial".
López Matheu sostuvo que "el conflicto se inició el 18 de agosto con una violenta manifestación dentro de la planta, sin permitirle a la gente que salga del lugar", expresó el directivo.
Asimismo, expresó que "los despidos se realizaron por estos hechos de violencia e intimidación, que la empresa no va a tolerar y por eso se les iniciaron acciones en la justicia. Los despedidos son 155 sobre una plantilla de 3.000 personas".
En ese sentido, aclaró que "ayer, venció la conciliación obligatoria sin llegarse a un acuerdo".
"Estamos abiertos al diálogo, lo que no podemos aceptar es la imposición de condiciones. La posición de la empresa es que con la finalización de la conciliación obligatoria, los despidos han quedado confirmados", aseguró.
"La planta está inactiva desde hace días porque estas personas impiden que los trabajadores que quieren volver a sus puestos vuelvan a hacerlo. Parte de la planta está trabajando, pero no tenemos producción", dijo Lopez Matheu. En un comunicado, los trabajadores explicaron que se dictó una conciliación obligatoria que "Kraft Terrabusi no ha acatado en ningún momento, a pesar de varias intimaciones del ministerio de Trabajo". En el parte, los trabajadores afirmaron que desde el inicio del conflicto "la empresa llamó a fuerzas policiales tanto adentro como fuera de la planta".
Asimismo, manifestaron que "los trabajadores han sido brutalmente reprimidos con golpes, gases lacrimógenos y disparos con balas de goma".
"En enero de este año, (la empresa) impulsó un plan de despidos voluntarios, amedrentando y amenazando a quienes se negaban a arreglar, justificando su posición con la caída de las ventas", explicaron los trabajadores.
El delegado, Jorge Penayo, reclamó la intervención del gobierno nacional y dijo que empresa "nunca acató" la conciliación obligatoria.
Ayer, los trabajadores cuestionaron al Sindicato de los Trabajadores de la Industria de la Alimentación, que encabeza Rodolfo Daer, al expresar que "se borraron sus dirigentes en este conflicto".
