El crimen ocurrió cerca de las 22 de ese día, cuando la mujer llegaba a su casa de la calle Pacífico Rodríguez 5412, después de trabajar en la carnicería que regenteaba junto a su marido en la Capital Federal.ð Según los testimonios de entonces, la mujer volvía a su casa junto con su esposo casi siempre, salvo los martes, que regresaba sola, un rato más temprano.
Se sospechó entonces que los ladrones tenían ese dato y la esperaron. Los delincuentes entraron con la víctima a la casa, le robaron dinero y algunas joyas, la apuñalaron en el cuello -virtualmente la degollaron-, dejaron algunos objetos de valor y se escaparon.
En plena agonía, la víctima pudo cruzar la calle hasta donde vive un matrimonio de jubilados y les avisó que había sido asaltada.
La vecina que la atendió contó a la prensa que "queríamos ayudarla pero era tarde. Pobrecita, cómo cruzó no sé. Ella golpeó la puerta, eran golpes raros, no fuertes, y cuando abrimos estaba ensangrentada".
"Ella estaba embarazada de cinco meses, era un embarazo asistido porque estaban esperando gemelitos, pobrecitos. Un espanto", añadió sollozando.
Relató además que la víctima "estaba ensangrentada, no daba más, pobre santa. Alcanzó a dar el número del celular del marido para que lo llamara y fuera al hospital".
La mujer explicó entonces que antes de morir la víctima le contó que "había sido una pareja que entró con ella a la casa. Arriba (en la vivienda) la maltrataron a más no dar. La degollaron".
"Tienen negocio en Belgrano y cuando 'Javi' (el marido) se va a hacer alguna diligencia, ella viene sola. Nos llama la atención porque siempre toma un remís o un taxi en la estación de Ballester, pero no lo tomó. Vino caminando las ocho cuadras", afirmó en esa ocasión un amigo de la familia.
"Si hubiera venido con un taxi, el taxista los ve al toque", añadió.
