Bullock, de 45 años, relató cómo fue la experiencia de quitarse la ropa frente a las cámaras y ante sus compañeros.
"Lo hicimos en tres días. Ya el tercer día ni los electricistas levantaban la cabeza para mirar. Si me hubiera puesto a bailar así desnuda no me hubiera mirado nadie".
De muy buen humor, Bullock explicó que lo más difícil no era grabar desnuda sino la complejidad de la escena. "Tenía que salir del baño y tropezar con Ryan sin que se viera nada. Si aquellas partes se veían teníamos que empezar de nuevo desde el principio. Al final, ambos terminamos llenos de moretones, pero nos divertimos muchísimo".
Para Sandra la sensación que causó la película, que recaudó 34 millones de dólares en la primera semana de estreno en los Estados Unidos, la obligará a quitarse la ropa en las próximas películas. "Visto el éxito que he tenido me desnudaré en todos mis próximos filmes".
La actriz también bromeó acerca de "la otra estrella de la película": el perro, un cachorro de apenas once semanas que logró un papel destacado. "Fue uno de los mejores actores con los que he trabajado, pero no se lo diga a Ryan".
Bullock contó además que hoy vive una vida más tranquila y hasta confesó cuál fue el secreto para lograrlo.
"Antes que nada, no vivo en Los Angeles y los periodistas son demasiado vagos para conducir hasta Texas, donde resido yo. Los Angeles me ha dado mucho, pero ahora vivo una vida más tranquila, una vida normal. No me despierto por las mañanas con el miedo a ser fotografiada. Basta no llamar a los paparazzi para decirle donde estás. Es muy simple".
Fuente: Telecinco de España
