La acusada se hacía pasar por abogada con documentación e identidad falsa y cambiaba su fisonomía para cada ocasión cambiando su corte de cabello y el color.
Al momento de la detención, la imputada decía llamarse Marcela Adriana Lauria, aunque en numerosas transacciones utilizaba el nombre de Ana María Guerrero. Al ser debidamente identificada se comprobó su verdadero nombre que nada tenía que ver con los que utilizaba para cometer los engaños.
La detención fue realizada por detectives de la División Búsqueda de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales durante un allanamiento realizado en Eduardo Acevedo al 300, en la zona de Parque Centenario.
En el lugar se incautaron 26 DNI a nombre de distintas personas pero siempre con fotos de la detenida, tres credenciales de abogada con la foto de la mujer y con otra filiación, y contratos de alquileres y escrituras de inmuebles apócrifas, explicaron las fuentes del caso.
La acusada operaba principalmente en barrios de la Capital Federal con una importante demanda de alquileres, como Retiro, Recoleta, Caballito, Almagro, Villa Devoto y Palermo, y en la zona Norte del Gran Buenos Aires, en Vicente López, Olivos y San Isidro, principalmente.
Los investigadores establecieron que sobre la acusada, de 54 años, pesaba casi un centenar de pedidos de captura vigentes, solicitados por distintos tribunales de la Capital Federal, como así también de la provincia de Buenos Aires, llegando a cometer las casi 900 estafas.
La imputada se dedicaba a captar victimas de buenos recursos con necesidad de conseguir casas o departamentos, para lo cual ofertaba propiedades en alquiler en periódicos e Internet, con precios accesibles y prometiendo trámites ágiles para la posesión inmediata.
En la investigación, que en los últimos meses fue concentrada por los policías de Búsqueda de Personas, se estableció que la imputada solía montar lujosas oficinas y se hacia pasar por asesora sobre asuntos inmobiliarios en el Congreso de la Nación.
La maniobra consistía en conseguir un buen departamento que alquilaba ella misma pero con una identidad falsa y garantías truchas. Tras esa primera maniobra, la mujer lo subalquilaba a varias personas a la vez. Para dar mayor realismo a las operaciones, firmaba los contratos en distintas escribanías, usando siempre distintas identidades.
La detenida fue alojada en los calabozos de la Alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal N° 12, a cargo de Ricardo Warley. Hoy será trasladada a Tribunales para ser indagada por el delito de "estafas reiteradas".
