El teniente Garrido, que llevaba 31 años en la Policía Bonaerense, la mayoría de ellos realizando tareas de vigilancia en el centro comercial de San Isidro, donde era muy querido por los dueños de los negocios y los vecinos, fue asesinado en la mañana del 17 de febrero pasado al tratar de frustrar el robo a un comercio de ropa marca Kevingston de Chacabuco 361.
El policía, que se desempeñaba en la comisaría primera de San Isidro como teniente, aunque fue ascendido post mortem al cargo de capitán, vio movimientos extraños en el local por lo que fue a ver qué pasaba cuando una pareja le robó su arma reglamentaria y el cargador, tras lo cual lo ejecutó.
El 24 de abril de 1977 entró a la Policía Bonaerense, por lo cual ya había cumplido 32 años de servicio y estaba para jubilarse pero por un pedido suyo fue autorizado para continuar en actividad.
Al día siguiente los imputados fueron detenidos por personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, al allanar a una casa de Benito Pérez Galdós 8794, en la localidad bonaerense de Pablo Podestá, partido de Tres de Febrero.