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Los familiares del colombiano asesinado le dijeron a la Justicia que ignoran el móvil del crimen

Se trata del padre, un cuñado y un amigo de Juan Sebastián Galvis Ramírez, quienes estaban con él en el momento en que fue ejecutado de 10 balazos por dos sicarios en San Fernando. Los tres “se alejaron completamente de cualquier hipótesis relacionada con alguna actividad ilegal", dijo un vocero judicial.
Los tres colombianos que estaban con su compatriota Juan Sebastián Galvis Ramírez cuando fue ejecutado de 10 balazos por dos presuntos sicarios declararon ante la justicia que desconocen el motivo del asesinato y se desvincularon del narcotráfico.

"Los testigos aseguran desconocer cuál sería el móvil del crimen, es más, se alejaron completamente de cualquier hipótesis relacionada con el crimen organizado o alguna otra actividad ilegal", dijo a Télam un vocero judicial.

Los testigos referidos son el padre de la víctima, Rodrigo Alberto Galvis Carmona; el cuñado, Jorge González Ramírez, y el amigo, José Cubillos; quienes presenciaron, junto a un argentino, como dos motociclistas asesinaban a Galvis Ramírez frente a un local de náutica de la localidad bonaerense de San Fernando.

Ante el fiscal de San Fernando Luis Angelini, los testigos confirmaron que González Ramírez, pareja de la hermana de la víctima, fue quien invitó a los demás a visitar la Argentina y desde que llegaron hace días los alojó en su lujoso piso de Puerto Madero.

Este hombre explicó al fiscal que se dedica a la explotación ganadera en su país, pero que a raíz de haber estado secuestrado durante seis meses por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), había decidido radicarse en Buenos Aires.

Relató también que es el propietario del yate "Woods" que efectivos de Prefectura custodiaban en la zona del Yacht Club del barrio Canestrari, de San Fernando, cerca del country Marinas del Sol, aguardando la autorización del juez de Garantías de San Isidro Rafael Sal Lari para allanarlo.

González Ramírez contó, además, que es un aficionado al golf, por lo que habían estado días atrás en Cariló, donde jugó un torneo en el Tennis Ranch, y que por ese motivo había bautizado su crucero en homenaje al astro del deporte Tigger Woods.

Precisó que por esa embarcación ya abonó una seña de 40.000 dólares y que se dispone a pagar el resto de los 500.000 dólares del total de la compra.

El padre de la víctima, por su parte, dijo ser empresario maderero en Bogotá y, al igual que su yerno, negó tener algún tipo de vinculación con actividades ilegales.

En tanto, el fiscal aguardaba la confirmación de las autoridades colombianas acerca de la información lograda por los investigadores policiales que indica que otro de los testigos, José Cubillos, cumplió condena por narcotráfico en una cárcel de Medellín.

Los tres declararon que antes de concurrir al local Renosto, en avenida Del libertador y Cordero, a comprar un bote semirígido, habían almorzado en un local de comidas rápidas de la zona y que no habían advertido ninguna situación irregular o vinculada con el posterior crimen, por lo que sugirieron que pudo haberse tratado de un asalto común.

Sin embargo, los pesquisas descartaron prácticamente el robo como móvil, ya que determinaron que los motociclistas llegaron al lugar decididos a matar a la víctima, a la que llamaron por su nombre y a la que no le sustrajeron su costoso reloj Rolex ni las prendas de la exclusiva marca Dolce Gabana que vestía.

Otro de los puntos que les llamó la atención a los investigadores es que los colombianos se movilizaban en una camioneta de alta gama Volskwagen Touareg, que figura a nombre de un remisero de la localidad bonaerense de Pablo Nogués, a quien le pagaron 1.000 dólares para que preste su nombre como testaferro.

Galvis Ramírez fue sorprendido ayer a las 16 en la puerta del mencionado local comercial del norte del Gran Buenos Aires por dos motociclistas, uno de los cuales, armado con una pistola calibre 9 milímetros, lo llamó por su nombre.

Inmediatamente comenzó a dispararle, por lo que la víctima salió corriendo hacia el interior del comercio, lo que no logró, ya que en la puerta cayó herido de varios balazos.

El asesino se acercó y le efectuó el resto de los 10 disparos que los médicos forenses le detectaron hoy durante la autopsia que duró más de tres horas y que determinó que el balazo mortal le atravesó un pulmón.

El superintendente Salvador Baratta, jefe de la Zona Norte del conurbano, dijo hoy que este crimen fue un "ajuste" y se mostró preocupado por la repetición de crímenes aparentemente vinculados con cárteles de narcotraficantes colombianos.

"Para nosotros es totalmente un ajuste y lo que estamos evaluando son las hipótesis de este caso", dijo Baratta, quien consideró "preocupante" que "estos señores tomen el territorio para hacer su negociado y para abultar sus cuentas".

Finalmente, el jefe policial se refirió al episodio similar ocurrido en el shopping Unicenter en julio pasado, donde dos narcos colombianos fueron asesinados: "Estos señores (por los de ayer en San Fernando) y los de Unicenter marcan la línea de que están viniendo cada vez más seguido al país".

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