"Le pido mil disculpas a Gerardo. Me utilizaron como un arma para ensuciar su nombre. El sabe que yo lo amo y que nada de los que yo dije es cierto", afirmó Nazarena mientras decía "sho, sho, sho" a quién quisiera escucharla.
Lo cierto es que a lo largo del año pasado, cuando Sofovich echó de una patada a Nazarena tras el levantamiento de la obra "El champagne las pone mimosas", Nazarena se encargó de hablar pestes del "Ruso". No es que Sofovich sea una carmelita descalza y que Nazarena ensució impunemente su apellido, pero la rubia lo dejó –literalmente- al mismo nivel que un mafioso.
Ahora habrá que ver si Sofovich, que se jacta de resistir un archivo por sobre todas las cosas, si perdona o no a su ex consentida, que en otros tiempos le daba picos en cámara y le declaraba su amor eterno. Sólo para recordar, entre las acusaciones que Naza hizo a Gerardo, se destacan la de "abusador psicológico, explotador y negrero".
Nazarena, sabiendo que desde que Luciano Garbellano y Moria Casan le retiraron los embajadores, la rubia está predestinada a vender su alma al diablo para continuar con su raid mediático. Un precio que Nazarena, como siempre, parece dispuesta a pagar. (ciudad.com)