Desde el pasado 5 de enero, cuando el nivel del río descendió a 1,11 metros en esta zona del Bajo Paraná, comenzó una lenta recuperación, pero todavía lejos de alcanzar los 3,50 metros de altura que tenía en diciembre último.
Según Defensa Civil, muchas de las más de 2.000 embarcaciones que permanecían en tierra por la bajante, ya están en condiciones de partir desde la costa a navegar, no así los veleros, excepto aquellos pequeños cuyas quillas no superan el metro de calado.
Todo hace suponer que la etapa más crítica de la pronunciada bajante va quedando atrás, dato que corrobora la prognosis del servicio de Hidrometría de Vías Navegables que prevé unos cinco centímetros más para el 5 de febrero. (Télam)