El avión, un Airbus A320 de la empresa US Airways con 146 pasajeros y cinco tripulantes, había partido a las 3:11 -hora local- del aeropuerto neoyorkino de La Guardia y se dirigía hacia Carolina del Norte, pero a poco de despegar una de sus turbinas se plantó, informaron agencias internacionales de noticias.
Los informes preliminares aseguran que una bandada de aves, muy común sobre el río Hudson, ingresó en las turbinas y habría causado que una dejara de funcionar ni bien la máquina despegó.
El avión había alcanzado los 3.600 pies de altura cuando una de sus motores se plantó, por lo que el piloto logró alinear la máquina sobre el río Hudson y quedó en el agua a pocos metros de la orilla, a la altura de la calle 57.
La máquina, que cumplía el vuelo 1549, acuatizó entre tres y cinco minutos después de haber despegado, mientras que los pasajeros salieron rápidamente y aguardaron sobre las alas del avión el rescate, que se concretó a bordo de ferrys y otras embarcaciones que navegan en torno a la isla de Manhattan.
El rescate, que se concretó en pocos minutos e impidió que los pasajeros sufrieran síntomas de congelamiento, culminó mucho antes de que el avión se hundiera definitivamente en el río, que al momento del accidente tenía una temperatura cercana a los 0 grados.
Pese a la rapidez del operativo, al menos 40 personas eran atendidas esta noche en diversos hospitales con síntomas de hipotermia, fracturas y golpes, informaron fuentes hospitalarias.
En el hospital Roosevelt "hay un azafata que operaban por una fractura y un matrimonio atendido por hipotermia, mientras que en el hospital de Jersey estaban internadas unas 25 personas con cuadros de hipotermia y diversas heridas", informó la cadena estadounidense CNN en español.
"El comandante avisó que íbamos a caer pero que iba a ser sobre el río y nos dijo `listos para el impacto, va ser fuerte` y allí nos miramos todos y nos pusimos a rezar, entonces se escuchó una explosión y el avión cayó de golpe", relató uno de los pasajeros.
Indicó además que "la prioridad era que los niños y las mujeres salieran primero, la situación al principio era de mucho miedo, había mujeres que pasaban por encima de las butacas y había olor a gasolina por todas partes".
Alberto Panero, otro de los pasajeros, dijo que al abrirse la compuerta del avión "ya había una embarcación, la gente salió y aguardó sobre las alas, pero algunos, con chalecos salvavidas estaban sobre el agua".
Otros testimonios aseguran que cuando el avión impactó sobre el agua se hundió y luego comenzó a flotar, y que "fue una suerte que el fuselaje no se haya quebrado".
El presidente de Us Airways, Doug Parker, aseguró que todos los ocupantes de la aeronave fueron salvados y pidió "no especular sobre las causas del accidente hasta que finalicen las investigaciones".
El cónsul argentino en Nueva York, Alejandro Bertolo, dijo a la prensa argentina que el rescate "se realizó en mucho orden en medio de bajas temperaturas, por lo que había peligro de que los pasajeros sufrieran hipotermia".
"Los ferrys que hacen el recorrido en torno a la isla de Manhattan rodearon completamente la máquina y también acudieron al lugar helicópteros del servicio de guardacosta y remolcadores", precisó el cónsul al canal de noticias C5N.
El diplomático estimó que el accidente "fue causado por el impacto de una bandada de aves, que es uno de los peligros de los aeropuertos cercanos a ríos o fuentes de agua".
