Al cumplirse este sábado dos años del asesinato, fuentes judiciales informaron a Télam que los expertos seleccionados son Raúl Torre, actual asesor en Investigaciones Criminales de la Superintendencia de la Policía bonaerense, y el médico forense Luis Alberto Kvitko, titular de la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Buenos Aires.
Torre actuó en el esclarecimiento de varios casos resonantes como el crimen de Carolina Aló, la joven asesinada en 1996 de 113 puñaladas por su novio Fabián Tablado; la masacre de Pablo Nogués en 1995 y el quíntuple crimen de Merlo cometido por la "mafia china" en 1992.
También participó como perito de parte en homicidios más recientes como el crimen de María Marta García Belsunce y el de Nora Dalmasso y en 2005 fue conductor del programa televisivo "Forenses, cuerpos que hablan".
La tarea que les encomendó el fiscal de Vicente López Alejandro Guevara es que repasen todas las actuaciones realizadas por los médicos y peritos de la Policía Científica y Gendarmería que actuaron en la causa para elaborar un informe criminalístico y forense que evalúe la escena del crimen y determine cómo fue la mecánica de la muerte y, en especial, la hora exacta.
La data de muerte de Solange se convirtió en un elemento clave para que el fiscal pueda sostener su hipótesis de que la autora del crimen fue Lucila, la amiga que convivía junto a Solange.
En la causa, está acreditado que Lucila se retiró del PH en que ambas vivían rumbo a su trabajo alrededor de las 7.30 de aquel 10 de enero de 2007. Los distintos médicos forenses que emitieron su opinión en la causa dieron distintos rangos horarios de data de muerte.
El forense de la Policía Científica de San Isidro que inspeccionó el cadáver en la escena del crimen aseguró en una última declaración testimonial que para él, a Solange la asesinaron entre la 1 y las 10 de la mañana, lo que deja a Lucila muy comprometida. Una junta médica consensuó como posible horario el que va entre las 7 y la 10, lo que deja a la sospechosa tanto dentro como fuera la casa.
Pero un forense de la División Homicidios de la Policía bonaerense sostuvo en diciembre pasado que el asesinato se produjo entre las 10.10 y las 13.10, cuando Lucila, según está acreditado, ya se encontraba en el laboratorio de San Fernando donde trabajaba.
Otro de los misterios que deberán resolver Torre y Kvitko es por qué el asesino permaneció o regresó al lugar del hecho y, cuatro horas después de cometido el crimen, cambió de posición el cadáver de Solange, tirándolo de la cama al piso de la habitación.
Los investigadores creen que el asesino olvidó algún elemento que pudiera comprometerlo y una de las posibilidades es que sea el arma blanca homicida, que no fue encontrada en el lugar.
Esto se determinó a partir de las "livideces", que son las manchas moradas que se visualizan en los cadáveres cuando la sangre se acumula por la fuerza de gravedad en algún sector del cuerpo, dependiendo de la posición en la que se encuentre y el tiempo transcurrido.
La escena del crimen reveló claramente que Solange fue asesinada de cuatro puñaladas mientras dormía -las sábanas y el colchón absorbieron la sangre-, pero el cadáver apareció tirado boca abajo en el piso, al costado de la cama.
El hecho de que los forenses encuentren livideces tanto en la espalda, como en la región del vientre y los muslos, les indicó que Solange permaneció un tiempo muerta boca arriba sobre el colchón y luego otro tiempo más prolongado boca abajo en el piso.
Mientras el fiscal, para sospechar de Lucila, se apoya en un estudio de la Policía Científica de San Isidro que sostiene que ninguna persona ajena a la casa violentó accesos ni dejó huellas en el lugar, la defensa de Frend sostiene que el balcón que da a la habitación de Solange tenía una puerta que estaba sin llave y que el autor del crimen ingresó por allí desde una obra lindera donde se encontraron pisadas.
Lucila fue indagada por primera vez en la causa el pasado 15 de diciembre y allí se negó a contestar preguntas, pero sostuvo que ella se fue a su trabajo cuando Solange aún dormía, que durante todo el día intentó comunicarse con ella y no lo logró y que por la noche fue parte del hallazgo del cadáver porque estaba preocupada.
El juez de Garantías de San Isidro, Orlando Díaz, volvió a rechazar un pedido de sobreseimiento realizado por los abogados de Frend y la causa se encamina a un juicio oral donde Lucila estará imputada del homicidio calificado por alevosía y ensañamiento de su mejor amiga.
