La cumbre también abordará la reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los cambios climáticos, además de asuntos como la inmigración, el aumento mundial de la demanda energética y alimentaria, y el intercambio comercial.
Sarkozy participará en su carácter de presidente de turno de la UE, reportó la agencia noticiosa italiana ANSA.
La cita servirá para "profundizar" la cooperación "estratégica" entre las partes, lanzada en ocasión de la primera Cumbre UE-Brasil, que tuvo lugar en Lisboa, el 4 de julio de 2007, pero "ahora signada por la crisis internacional", destacó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
En ese contexto, la UE espera que Brasil tenga un "rol especial" en la búsqueda de soluciones a la crisis en curso, tal como expresó Sarkozy poco antes de su llegada a Río. "¿Quién puede imaginar hoy poder resolver los problemas del mundo sin países como China, India, y claro, Brasil?", manifestó Sarkozy.
Por su parte, Brasil insistirá en su intención de contar con más apoyo para transformarse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Para eso tiene el respaldo de Francia, Alemania y el Reino Unido, y la resistencia de otros países del bloque, como Italia y España.
"Se trata de negociaciones duras y difíciles, porque la UE tiene consenso en cuanto a su defensa de la reforma general de la ONU, pero no hay quórum sobre el tema de la composición del Consejo de Seguridad", subrayó Durao Barroso.
Al respecto, un negociador brasileño citado por ANSA señaló que el gobierno de Lula "espera al menos una mención a la ampliación" del Consejo de Seguridad en el documento final de la cumbre.
Otros asuntos delicados a tratar en el encuentro son los referidos a la política agrícola europea, que Brasil critica como "altamente proteccionista", y las de inmigración adoptadas por la UE, que establecen un acceso selectivo y la expulsión de inmigrantes clandestinos, también cuestionadas por el gobierno de Lula.
Asimismo, se abordará el tema del medio ambiente, especialmente referido a la situación de la Amazonia y los perjuicios causados por la tala ilegal.
La cancillería brasileña informó que entre enero y noviembre de este año, el intercambio comercial bilateral alcanzó a 77.000 millones de dólares, lo que representa alrededor de 22 por ciento del flujo comercial de Brasil, con un crecimiento de 26 por ciento con respecto a igual período de 2007.
Según datos del Banco Central, en 2007, el ingreso de inversiones directas de los 27 países miembros de la UE en Brasil sumó 18.400 millones de dólares, equivalentes a 54,6 por ciento del total de inversiones que Brasil recibió el año pasado.
