Este tipo de ataques son habituales en los bancos que operan por Internet, en los que los timadores piden los datos de los clientes haciéndose pasar por la entidad financiera.
En este caso, las víctimas de los ataques recibían a través de programas de mensajería instantánea supuestas citas amorosas a las que podían acceder a través de un enlace que llevaba a los usuarios a la página de Facebook falsa.
La relevancia de este ataque se debe a que Facebook es una de las mayores redes sociales que existen en la actualidad superando los 100 millones de usuarios registrados.