Ese será el segundo juicio que se hace por el caso de Juan Manuel Canillas, ya que en setiembre de 2004 Monti fue encontrado responsable del crimen y recibió la pena de reclusión perpetua.
Esa condena, si bien fue ratificada en Casación, no está firme porque fue apelada ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
Pico y Gasperotti, los otros acusados en el caso que afrontarán juicio, habían sido detenidos después del arresto de Monti, en el marco de las investigaciones, gracias a testigos y escuchas telefónicas.
Ante el inicio del debate, la familia Canillas planteó públicamente la espera a lo largo de estos más de cinco años hasta que la causa llegara al juicio, tras las trabas judiciales.
"Costó cinco años, desde la detención de los delincuentes, poder llevar a cabo el juicio. Cinco años donde vimos que la causa pasaba de un tribunal a otro. Jueces con sospechosos motivos y pocas ganas de cumplir con las obligaciones que les corresponden, o la dejaban dormir o se la sacaban de encima", dijo Marta Canillas, madre del joven, en un comunicado.
"Juan Manuel no pidió que lo matasen. Todo lo contrario. Era un muchacho que vivía con enorme entusiasmo y contagiaba ganas de vivir. Un hombre y un hijo ejemplar. Un hermano compinche. Un amigo entrañable. Nos colmó de dicha durante 23 años hasta que 3 asesinos deciden ponerle fin a su vida solo porque si. Ya le habían robado todo y la vida era lo único que les quedaba por robar. Ahora llegó el momento de que sean juzgados", añadió.
El crimen de Juan Manuel Canillas fue el primer caso en donde la víctima de un "secuestro express", modalidad que creció desde entonces, fue asesinada, pese a que sus familiares habían pagado el dinero que exigían los captores.
Según quedó acreditado en el primer juicio, Juan Manuel Canillas, de 23 años, fue "fusilado" a "sangre fría" por los hombres que lo habían abordado cuando se dirigía en auto a su casa, en la tarde del 12 de julio del 2002.
Allí se estableció que Canillas fue asesinado "con alevosía", ya que recibió un tiro por la espalda cuando sus secuestradores, después de haber recibido el dinero de rescate entregado por los padres, lo hicieron bajar de un vehículo haciéndole creer que lo liberaban.
En ese momento, remarcaron los jueces, el joven se encontraba en condiciones de "total indefensión", mientras Monti no corría ningún peligro.
Aunque no se pudo identificar si efectivamente Monti fue el que disparó contra el joven, el tribunal ratificó que el enjuiciado estaba en el auto en ese momento (lo demostraron sus huellas digitales en el estéreo y los testimonios que lo incriminaron) y, por ello, no fue ajeno a la decisión de matar.
