Fuentes policiales informaron que el hecho, que recién se conoció hoy, comenzó durante las primeras horas de la mañana de ayer cuando al menos tres miembros de la banda llegaron hasta el partido bonaerense de Ezeiza, donde capturaron al guardia de la sucursal, un sargento de la Policía Federal, al que golpearon y obligaron a subirse a un auto, tras sorprenderlo cuando salía de su casa para ir a trabajar.
Los voceros explicaron que luego de llevarse privado de su libertad al suboficial en el coche, con los datos sobre su identidad y su uniforme, otros delincuentes acudieron a la sucursal del Banco de la Provincia de Buenos Aires situada en la avenida Santa Fe 3958, frente al Jardín Botánico del barrio porteño de Palermo y a unos 50 metros de la comisaría 23.
Al llegar a la entidad bancaria antes de las 9, uno de los ladrones, vestido con el uniforme del policía secuestrado, le informó a las autoridades del banco que había acudido en reemplazo de su presunto "compañero", de quien informó que estaba enfermo en su casa y por eso es debía suplirlo.
Mientras tanto, dos cómplices que simulaban ser ciegos y llevaban bastones blancos y lentes negros hacían fila para ingresar al sector de los cajeros automáticos, y el falso policía les permitió el acceso.
Una vez en el interior los tres sujetos extrajeron armas y encerraron al contador, a quien golpearon, y a los empleados y tres obreros que realizaban tareas de refacción en una dependencia del inmueble.
Según se informó, al tomar el control del banco, los falsos ciegos fueron hacia el sector de los cajeros automáticos y con sus bastones para no videntes movieron las cámaras de seguridad del lugar para que apuntaran hacia el techo y anularlas, y de esa manera poder operar en esa zona sin problemas. Una vez asegurado el sector, el policía "trucho" fue hasta donde estaban las víctimas encerradas y obligó al encargado de los cajeros automáticos a ir con él con las llaves de los aparatos, para abrirlos y sustraer el dinero que recién había sido cargado.
De esa manera, luego de casi media hora de haber ingresado al banco los ladrones se apoderaron del dinero que recién había sido colocado en los cajeros.
Los delincuentes metieron la plata en un bolso, volvieron a encerrar al empleado con sus compañeros y escaparon con un cuarto cómplice que los esperaba en la puerta como "campana".
Según algunos testigos, los delincuentes habrían fugado en un automóvil que dejaron estacionado en la zona.
Tras el robo comenzaron a llegar los empleados del banco para abrir las puertas a los clientes, y en esas circunstancias descubrieron el asalto y a sus compañeros encerrados en los fondos de la institución.
Las fuentes explicaron que, tras la denuncia del hecho, personal de la comisaría 23, situada en Santa Fe al 4000, es decir a menos de 50 metros del banco robado, llegó al lugar y asistió a las víctimas.
Según se indicó, dos de los empleados debieron ser llevados por una ambulancia al Hospital Fernández debido a los golpes que recibieron por parte de los malhechores y luego fueron dados de alta.
Más tarde se supo que el policía que custodiaba todos los días el banco y había sido secuestrado había sido liberado dos horas después de su captura en la zona de la ciudad bonaerense de Cañuelas.
Fuentes del caso calificaron el robo como un hecho "planificado y organizado por una banda que evidentemente tenía datos precisos acerca de los movimientos de los empleados del banco que les permitió manejarse con total tranquilidad y efectividad".
Los voceros indicaron además que las cámaras del banco tomaron las imágenes de lo sucedido.
Y recordaron que hace poco ocurrió un robo similar en una sucursal de la misma entidad en el barrio de Pompeya, por lo que se tratará de determinar si hay alguna relación entre ambos episodios.
