Líderes tanto de los bloques parlamentarios demócrata como republicano prometieron hacer un nuevo intento con otra ley de salvataje, y la Cámara de Representantes decidió reunirse el jueves en vez de iniciar un receso por lo que queda del año, como tenía previsto.
Los mercados en Wall Street comenzaron a desplomarse incluso antes de que la Cámara baja del Capitolio rechazara la ley por 228 votos contra 205, en medio de la mayor crisis financiera en Estados Unidos desde la Gran Depresión, en 1929, y a cinco semanas de las elecciones presidenciales y parlamentarias.
Visiblemente nervioso, el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, dijo tras la votación que urgía hacer algo.
"Necesitamos trabajar tan rápido como sea posible. Necesitamos volver a presentar algo que funcione", dijo Paulson.
Las mayores resistencias al plan provinieron del sector más conservador de los republicanos, que se oponían sobre todo a la intervención del estado en la economía, y de demócratas que consideraban inaceptables que los contribuyentes tuvieran que hacerse cargo de las deudas de los bancos.
Se estima que en su discurso de hoy, Bush se dirija a estos representantes y, sobre todo, el estadounidense común que rechaza visceralmente la multimillonaria ayuda a Wall Street y a sus ejecutivos que ganaron millones gracias a la burbuja financiera que terminó estallando día atrás.