Del total de damnificados, unos 10.000 fueron rescatados desde sus hogares por comandos de las Fuerzas Armadas y Carabineros, en un gigantesco operativo que el gobierno desplegó en la zona.
En total, más unas dos mil viviendas resultaron con daños de gravedad entre las regiones del Maule y la Araucanía, ubicados a unos 400 y 900 kilómetros al sur de Santiago.
"¿Cuántos recursos destinaremos a la emergencia? Lo que sea necesario", dijo desde la zona el subsecretario de Interior, Felipe Harboe, rodeado de evacuados.
De hecho, la autoridad evalúa declarar esas regiones zona de catástrofe agrícola, por la pérdida masiva de cultivos.
La directora de la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior (Onemi), Carmen Fernández, reconoció ayer que el sistema frontal es "tremendamente agresivo".
"Ha sido tal el nivel de la precipitación, agregó, que en cuatro o cinco horas llovió sobre 60 a 70 milímetros", por lo que todos los ríos de la zona "presentaron algún tipo de desborde".
Hasta ahora, sin embargo, no hay víctimas fatales ni emergencias mayores, debido al despliegue integrado de las Fuerzas Armadas que ha tenido como prioridad el rescate de personas en zonas rurales, a través de operaciones terrestres y aéreas.
Las lluvias ahora avanzan sobre la capital, donde viven seis millones de personas. (Télam)