En opinión del presidente, quien durante la ceremonia plantó un árbol, "no existe mejor coartada contra los malandras que multas pesadas y aprehenderles las cosas (productos incautados) y venderlas".
Como ejemplo, el mandatario citó los casos de deforestación ilegal, para los cuales se prevén multas que pueden llegar a los 50 millones de reales (unos 31,2 millones de dólares).
Lula también inauguró un centro de recuperación de animales silvestres, en Brasilia, al que enviarán animales recuperados por las autoridades en operativos contra el tráfico de fauna silvestre.