En su calidad de vicepresidente de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Taccetti destacó la importancia del proyecto, ya que ayuda a "prevenir catástrofes, como incendios e inundaciones" gracias a que puede "medir la humedad de los suelos y detectar focos de altas temperaturas".
Estuvo presente en el acto de inauguración de las jornadas el embajador de Estados Unidos en la Argentina, Earl Anthony Wayne, el titular de la CONAE, Conrado Varotto, y el representante del área de Ciencias de la Tierra -división oceanografía-, de la National Aeronautics and Space Administration (NASA), Eric Lindstrom.
Además de Estados Unidos y Argentina, colaboran en este proyecto agencias espaciales de Italia (ASI), de Francia (CNeS), de Canadá (CSA), y el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil.
Las jornadas que hoy comenzaron constituyen la última etapa de revisiones, previa al armado, del satélite SAC-D/Aquarius, es decir una auténtica mesa de examen para el nuevo proyecto satelital argentino de la CONAE, que ya tuvo cinco revisiones parciales.
Según explicó el titular de la CONAE, "se revisarán cómo serán instalados a bordo del satélite los instrumentos científicos que están en construcción, los subsistemas y equipos para su funcionamiento en órbita y el segmento terreno -la comunicación desde Tierra con el satélite, su comando y control"-.
Además, se verificará el cumplimiento de los parámetros de seguridad necesarios para minimizar cualquier riesgo, agregó.
Una vez aprobado el proyecto final, proseguirá la construcción del modelo de vuelo, que será puesto en órbita el 22 de mayo del 2010.
Taccetti definió este proyecto por su importancia en la política exterior argentina, ya que -dijo- "se trata del proyecto de colaboración más relevante entre Argentina y Estados Unidos" en el campo del espacio.
Reconoció en este contexto la excelencia de Estados Unidos en este ámbito y dijo que el satélite "aportará mucho a la Argentina pero también a los países vecinos".
También se refirió a la transparencia del proyecto, con "fines pacíficos", y destacó el aporte de otras naciones como Italia, Canadá, Francia y Brasil.
Por su parte, el embajador Wayne destacó el progreso en el programa de cooperación conjunta entre Estados Unidos y Argentina y subrayó el hecho de que sean a largo plazo y primen el aprendizaje mutuo entre los países.
Varotto, el titular del CONAE, explicó que el satélite Aquarius "da continuidad al Plan Espacial Nacional y a los acuerdos bilaterales (en esta oportunidad con la NASA, de EEUU) que acompañan el desarrollo de tecnología espacial argentina de avanzada".
En tanto, el representante de la NASA se refirió a este proyecto e indicó que "va a cambiar la oceanografía, tal como el mundo la conoce", además de hacer una contribución económica al pronosticar, por ejemplo, "la corriente del niño", que tanto perjudica la agricultura por las inundaciones que provoca.
Recordó que recientemente, en los incendios que tuvieron lugar en California (EEUU), el gobernador de ese estado pidió la colaboración de la NASA, que con sus satélites -del mismo tipo que el Aquarius- lo que contribuyó a detectar los focos de incendio y así solucionar el problema.
El SAC-D/Aquarius pesa 1.405 kilogramos, lo que triplica al satélite anterior, el SAC-C, puesto en órbita en 2000, y su fabricación es completamente argentina, con la participación de la empresa INVAP SE como contratista principal.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) también participa del proyecto, al proveer por primera vez los paneles solares que se utilizarán en un satélite operativo, como es el caso de esta misión de teleobservación mixta (con instrumentos de rango óptico y de las microondas pasivo) de gran complejidad.
El satélite constituye un observatorio dedicado al estudio del océano y de la atmósfera terrestre. (Télam)
