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Amenazan a testigo "clave" que declaro contra banda

Un testigo "clave" que aportó datos contra una banda mixta de delincuentes comunes y efectivos de fuerzas de seguridad se sumó hoy a un juez, una fiscal y un jefe policial del partido bonaerense de San Martín que sufrieron amenazas por investigar el caso, en el que hoy hubo dos nuevos detenidos.
Se trata de un hombre que declaró ante la fiscal Karina Carbonella, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 12, quien "tuvo una intervención importante para acreditar la participación de los imputados" en asaltos a camiones blindados ocurridos desde 2007, dijo a Télam una fuente judicial.

La amenaza de muerte, en forma telefónica, se agrega a la que recibió el jueves pasado la fiscal, a quien le dijeron que se planeaba un atentado contra ella, el juez de Garantías de San Martín Mariano Grammatico Mazzari y el capitán Pablo Baggini, actual titular de la comisaría Mercado Central, de La Matanza.

Todos trabajaron en la investigación que desbarató parte de esa banda y en la que hubo dos nuevos detenidos tras siete allanamientos que se efectuaron en el Gran Buenos Aires.

Un vocero señaló que está acreditada la participación de los apresados en los delitos cometidos por la organización y a uno de ellos se le secuestró un arma y estupefacientes.

La investigación a la banda se inició el 2 de enero de 2007, cuando sus miembros robaron cerca de 400.000 pesos de un camión de caudales que iba a reponer dinero de un cajero automático ubicado dentro de la empresa Dunlop de Bella Vista.

Quince minutos antes de que el blindado llegara al lugar, al menos 12 asaltantes redujeron al vigilador de la firma de correas de goma y lo obligaron a quitarse su uniforme para que uno de los ladrones se lo colocara.

Cuando los custodios y portavalores estaban ingresando con las sacas, el falso vigilador les franqueó la entrada y como el chofer del camión intentó escapar, le dispararon varias ráfagas con fusiles FAL, por lo que detuvo la marcha. Entonces, los ladrones se apoderaron del dinero y huyeron.

Una fuente dijo que "desde entonces estos mismos delincuentes cometieron al menos 15 robos a camiones blindados y en todos los casos actuaron muy sincronizados, tenían todo organizado y hasta sabían los tiempos que podía demorar la Policía".

La banda operaba no sólo en la provincia de Buenos Aires, sino también en Capital Federal, en Córdoba y Mendoza.

Pero las tareas de inteligencia permitieron ir desbaratando a la banda, de la cual ya hay 23 detenidos, sumados los de hoy, entre ellos efectivos de fuerzas de seguridad en actividad y peligrosos delincuentes como un ex miembro de "Los 12 Apóstoles".

La Gendarmería Nacional, a través de su director de Prensa, comandante Marcelo Torrisi, aclaró a Télam que "ningún gendarme en actividad ni retirado está involucrado en esta causa".

Doce de los sospechosos ya fueron reconocidos como partícipes de los robos, entre ellos por el testigo ahora amenazado, y al resto se le adjudica haber actuado como cómplices que aportaron vehículos y documentación para perpetrar los asaltos.

En casi un centenar de allanamientos, ya se secuestraron 200 armas, entre ellas fusiles FAL y granadas, y todavía quedan algunos delincuentes prófugos que resiste mediante las amenazas el desbaratamiento definitivo de la organización.

Un investigador aseguró que esta banda es superior a la que comandó durante las décadas del '80 y '90 Luis "El Gordo" Valor, quien fue liberado hace seis meses tras cumplir condenas por los asaltos cometidos.

Por otra parte, un peluquero denunció hoy que estuvo seis semanas detenido en el marco de esta causa porque uno de los líderes de la banda se iba a cortar el pelo a su local de Munro.

Se trata de Roberto Almude (51), quien dijo al canal TN que estuvo detenido en el penal de Sierra Chica, junto con presos de alta peligrosidad, cuando ni siquiera tiene una infracción de tránsito.

"Me acusaron por estar en la agenda de uno de los delincuentes que yo conozco. Es una persona que desde niño, lo traía la madre, se corta el pelo conmigo, y como todos los clientes, tenía mi teléfono en su agenda. Ese es el nexo que yo tenía con ese hombre", explicó.

Agregó que la confusión se produjo porque en una escucha telefónica su cliente lo mencionaba como contacto para conseguir "palos para un trabajo", lo cual fue interpretado por los investigadores como "armas para un asalto".

Sin embargo, se trataba de postes telefónicos en desuso para sostener un techo que Almude colocó en su casa. (Télam).

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