El mandatario mendocino enfatizó ante medios locales que "frente al primer fracaso, es decir una nota de 1 a 3, el chico generalmente se desmotiva porque siente que ese fracaso no lo puede remediar por lo que se trata de abolir los aplazos en el primer trimestre para incentivar al alumno".
Por su parte, la subsecretaria de Planificación Educativa de la provincia, Lidia Sandez, dijo a Télam que "un alumno que merezca una nota inferior a cuatro y se le ponga cuatro igual va a estar aplazado porque aquí las materias se aprueban con siete"
La funcionaria recalcó que "se trata sólo de una sugerencia de los supervisores a los docentes, de ninguna manera es una norma y no estamos analizando aplicarla el año que viene".
Sandez agregó que en estos casos "está previsto trabajar con los padres de los alumnos para saber porqué el chico tuvo un bajo rendimiento y también con los docentes con el fin de ver la forma de que mejoren en el segundo trimestre".
Desde hace cuatro años en unas 40 escuelas de dos departamentos de la provincia de Mendoza se levanta la nota de los alumnos que merecen una evaluación de 1 a 3 a un 4 para no desmotivarlos el resto del año y no abandonen la escuela.
Los supervisores resolvieron enviar una nota a los directores de esas escuelas con esta recomendación con el aval de las autoridades educativas provinciales por lo que los docentes interpretaron que había una normativa en este aspecto.
Sandez precisó que "en la anterior gestión radical, de cada cien alumnos que cursaba octavo grado, 22 abandonó la escuela y tenemos un 19% de repitencia. Este procedimiento se efectúa sólo en el primer trimestre y va acompañado de otras medidas como el trabajo con padres y docentes".
Por su parte, Iris Lima, Directora General de Educación de Mendoza, precisó que esta forma de evaluación "debe ir acompañada de un compromiso de los padres y los alumnos para que el chico no abandone la escuela".
Mario Oporto, Director General de Educación y Cultura de Buenos Aires, rechazó enfáticamente aplicar esta forma de evaluación en su provincia al asegurar que "no debe ser una forma de retención escolar no exigir o ser indulgente con las notas".
"Si se busca no desmotivar a un chico en el resto del año después de un aplazo en el primer trimestre, la escuela y los docentes tendrían que preguntarse porqué no lo motivaron lo suficiente en ese trimestre para merecer una baja nota", recalcó el funcionario bonaerense.
Oporto destacó que "cuando el docente evalúa lo que está haciendo es acreditar aprendizajes y el maestro tiene responsabilidades por esos aprendizajes, no es el facilismo de poner un 4 en vez de un 1, 2 o 3 la manera de motivar al alumno, también se entusiasma a partir de la exigencia".
La subsecretaria de Equidad y calidad el Ministerio de Educación, Susana Montaldo, se mostró a favor de la medida si es que va acompañada de otras acciones que ayuden a los chicos a recuperar aquellos contenidos que no entendieron.
"No podemos pretender que todos los alumnos aprendan de la misma manera, si un chico tiene un aplazo y no se lo acompaña de alguna forma para que se recupere, se provocaría una mayor segmentación y se lo heriría en su autoestima", dijo Montaldo.
Además, destacó que "hay un consenso de todos los ministros para reformar la escuela secundaria porque el nivel de aprendizaje es bajo y ésta es una de las estrategias que ayudaría si va acompañada de otras acciones de docentes, padres y del propio alumno".
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Adriana Puiggrós, señaló que "cuando hablamos de calidad en educación, hay que decir que la calidad en sí misma es un término vacío, hay que definir socialmente lo que significa calidad".
"La calidad no es la estrictez del que no llega a determinadas calificaciones, no aprueba o queda libre, sino que es apoyar al alumno y no desmotivarlo. Esta estrategia de Mendoza a priori no mejora la calidad, habría que ver los resultados dentro de uno o dos años", dijo la diputada.
