Por Lic. Matías Cerdá (Nueva Generación - Vicente López)
Dos sectores con personajes muy similares entre sí, que conformarían duplas que comparten más de lo que nos dejan entrever:
D’Elia & De Angeli, Alberto Fernández & Luciano Miguenz, Florencio Randazzo & Eduardo Buzzi…
Dos sectores que en los noventa no se enfrentaban: claro, no había campo entonces y el gobierno menemista sabían como negociar…
Dos sectores enriquecidos en lo últimos años: en el gobierno conviven funcionarios formato “camaleón” con otros que no dudan en compran empresas, canales de TV, etc.; en el campo se sembraron 4x4 y cuentas bancarias en el exterior...
Dos sectores que dicen bregar por el bien de la Argentina: desde el gobierno esforzándose (sin brillar en resultados) por bajar la desocupación, generar empleo y controlar la inflación; desde el campo, acordándose ahora (pero tarde) que la Argentina es un país federal…
Lo cierto es que el problema político generado se resuelve desde la política, generando un proyecto político estratégico de desarrollo, fijando objetivos y plazos de cumplimientos. No alcanza con los actos, las declaraciones agresivas o las conciliadoras.
¿La clave de la solución?
Poner las cartas sobre la mesa, fijar las retenciones en el punto medio, con piso fijo y división de renta sobre el diferencial de la fluctuación de los precios internacionales (muy técnico pero efectivo), establecer un esquema de desarrollo en infraestructura amplio (carreteras y ferrocarriles dignos), pero fundamentalmente, la clave es entender que los hombres y las mujeres somos circunstancias y lo que queda son los ejemplos, dejar de lado la soberbia (de ambas partes) y pensar en el futuro de los argentinos es aplicar el menos común de los sentidos, el sentido común, y entender que en un país previsible y pensado hacia el desarrollo integral ganamos, y ganamos todos, y que en un país dividido perdemos, y perdemos todos.