Las internas en estos estados son las más importantes de las que quedan en la carrera presidencial demócrata más reñida de la historia reciente, que enfrenta a la primera mujer y al primer afroamericano con chances reales de llegar a la Casa Blanca.
Obama comenzó la jornada electoral clave con unos 140 delegados más que Clinton, pero lejos aún de los 2.025 que se necesitan para ganar la candidatura.
Indiana otorga 72 delegados, y los sondeos previos a la votación mostraron un favoritismo para Clinton, pero por escaso margen.
Carolina del Norte pone en juego 115 delegados, y su gran comunidad negra es un buen presagio para Obama, quien llega como claro favorito y tiene planeada una aparición ante su público en Raleigh, la capital del estado.
Los delegados son quienes proclaman al candidato presidencial del partido en una convención nacional prevista para fines de agosto, unos dos meses antes de las elecciones presidenciales del 4 de noviembre.
Ni Clinton ni Obama tienen chances de llegar a los 2.025 delegados comunes necesarios para ganar la candidatura, por lo que su mira está puesta sobre los cerca de 200 superdelegados que aún no manifestaron su preferencia, sobre un total de 796.
A diferencia de los delegados comunes, los superdelegados pueden votar a cualquier candidato en la convención, sin estar condicionados por el resultado de la interna en el estado al que representan.
Después de Indiana y Carolina del Norte, quedan seis internas demócratas, con 217 delegados en juego: en Virginia Occidental, el 13 de mayo; Oregon y Kentucky, una semana después; Puerto Rico, el 1 de junio; y Montana y Dakota del Sur, el 3 de junio. (Télam)