"Después de la Segunda Guerra Mundial ningún novelista pudo plasmar el espíritu de su tiempo", testificó con preocupación el escritor de 78 años con su tradicional traje blanco.
El padre del Nuevo Periodismo ante un auditorio repleto entre jóvenes, seguidores y curiosos, afirmó que hoy la juventud confía en lo que dicen los blogs mucho más que en cualquier organización de noticias, y predijo que la desaparición progresiva de los cronistas tradicionales se hace sentir con mayor intensidad en el periodismo del siglo XXI.
"Hay muchísimas noticias menos que se cubren hoy que cuando yo me inicié como periodista en 1956", afirmó Wolfe, y agregó que “si uno es miembro de una tribu, desconfía de las noticias en papel, porque en las tribus sólo crees en lo que te han dicho verbalmente. Eso son los rumores. Lo que estamos viviendo es un auténtico carnaval tribal".
El escritor, que vino a presentar su último libro “Crónica de los Estados Unidos, una sociedad en cambio” afirmó que la sociedad de su país esta dividida en dos: los intelectuales y la gente del interior de los Estados Unidos y puso el acento en el rol del automóvil en esa cultura, situando como ejemplo las carreras de media milla en el que los corredores van en un circuito que tiene una forma de cono y los espectadores ocupan el interior. Si uno se inclina siente que se cae en la pista".
"Ese festival parece como un torneo medieval antiguo, cuando fui un sacerdote bendijo a los valientes por la fortaleza de ir adelante en esta media milla, lo pedimos por nuestro hijo Jesucristo. Después le tocó hablar a un presidente de la asociación de armas sobre la importancia de las armas y la audiencia se paró y aplaudió de una manera abrumadora", describió Wolfe.
También sustentó que “el gobierno de Estados Unidos es un tren, hay gente que le grita a la izquierda y a la derecha, pero el tren sigue adelante, no tiene otra opción” y dijo que "la elite norteamericana, la gente que conduce las cosas en mi país ya no cree más en Dios, aunque muy pocos de ellos se declaran abiertamente ateos", sentenció.
Pero, ¿se perdió en los últimos tiempos el fervor religioso?, se preguntó Wolfe y como lo hizo a lo largo de toda la conferencia apeló al filosofo alemán Friedrich Nietzsche y dijo: "La pasión que una vez se entregó a Dios ahora se va a dedicar a una hermandad nacionalista bárbara".
Con unos apuntes con los que apenas se guio y de pie, el escritor pasó de la política estadounidense y la religión para contar con fue su primer días en Buenos Aires. “Anoche fui a ver el espectáculo María de Buenos Aires, de Astor Piazzolla", comentó y consideró el bandoneonista “es uno de los grandes compositores del siglo XX. En Estados Unidos jamás tuvimos un Piazzolla”.
“Gracias por venir”, dijo en un español destartalado pero con buena pronunciación al entrar al escenario luego de que el embajador de los Estados Unidos, Earl Anthony Wayne lo presentó como uno de los mejores escritores del siglo XX. “Ese es todo el español que sé”, se excusó en inglés Wolfe, provocando las primeras sonrisas de la noche ante un auditorio que lo siguió en silencio y con mucha atención ante cada palabra del hombre que le aportó una mirada diferente al periodismo y el más esperado de los invitados a esta edición de la Feria.
Luis Viviant
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