El miércoles la recordación de uno de los grandes escritores de la Argentina se realizará en la Bibliteca Nacional, con motivo de un seminario sobre "Cultura y Medios en dictadura y democracia".
La mesa de debate será presidida por la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini y el inicio está previsto para las 13.00, en el salón auditorio Jorge Luis Borges.
Haroldo fue secuestrado por un grupo de tareas del batallón 601 del Ejército el 5 de mayo de 1976 y desde entonces no se ha vuelto a saber de él, pese a la búsqueda incesante de su familia, de los amigos, de las organizaciones de derechos humanos y de los hábeas corpus interpuestos ante la Justicia.
Conti, como Rodolfo Walsh, Juan Gelman y Paco Urondo pertenece a una generación de escritores que imbricaron literatura y política a la manera de un entretejido donde una parte no sabe vivir sin la otra. "La política atraviesa toda la obra de Haroldo", afirmó su hijo Ernesto en diálogo con Télam.
Haroldo había adherido al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), pero se comprometió en forma pública cuando la organización constituyó el Frente Antimperialista por el Socialismo (FAS).
La serie de notas en la revista Crisis y las denuncias sobre la violencia dirigida a mantener los privilegios realizadas en los congresos literarios pueden haber contribuido a que lo secuestraran.
La escritura, la política y el periodismo fueron su motivo de ser, que tradujo en los libros, en guiones de película, en su época de vendedor ambulante y hasta en la de profesor de escuela secundaria.
Haroldo Conti había nacido el 25 de mayo de 1925 en Chacabuco, un territorio que se reconoce en su obra literaria.
"Nadie puso en palabras como él en los textos, la pampa gringa, no la de los terratenientes que acapararon las tierras despojadas a los aborígenes, si no la de los inmigrantes pobres", señaló Ernesto.
La vida de las islas quedó reflejado en el libro "Todos los veranos", geografía que conocía como lugareño. Tenía una casa en el arroyo Gambado.
Haroldo Conti había abrevado en la llamada "generación perdida" de Estados Unidos, que integraron William Faulkner, Ernest Hemingway, John Steimbeck, Erskine Cadwell y Francis Scott Fitzgerald, entre otros.
Amaba el neorrealismo italiano y a los escritores peninsulares Cesare Pavese y Elio Vittorini.
