En el marco de la charla “La globalización, ¿chivo emisario o culpable?, invitado por el Centro Franco Argentino y la Alianza Francesa, Salama hizo una comparación de la evolución de las económicas asiáticas y latinoamericanas en los últimos 25 años, y cuales fueron los factores que ayudaron o perjudicaron a su desarrollo.
El profesor de la Universidad XIII de París basó su conferencia en la apertura de los países respecto a los productos como las materias primas y los manufacturados. “Vemos que las exportaciones de Brasil en la década del 70 eran de un 0,9 por ciento, las mundiales del 2,7 por ciento. Hace tres años Brasil apenas subió al 1,1 por ciento, mientras que a nivel mundial se mantuvo”, reseño. “Esto muestra que la globalización va al doble de velocidad que el PBI de los países por la subida de las materias primas”.
Luego hizo un paralelo entre Asia y Latinoamérica, en la que resaltó que “China creció desde la década del 70 hasta hoy un 6,5 por ciento, creciendo mucho más rápido que Latinoamérica y profundizando la globalización porque desarrolla productos manufacturados”.
“Los productos manufacturados desde la década del 80 hasta 2000 creció un 75 por ciento, mientras que las materias primas descendieron a un 25 por ciento porque se produce una especialización no hacia adentro sino entre ramas”.
Con respecto a la “amenaza asiática”, aclaró que “no es sobre los productos como los juguetes o lo textil, aquí no está el problema, sino en la capacidad de hacer y producir bienes de alta tecnología”, subrayó.
Salama recordó que el Banco Mundial (BM) profundizaba realizar Libre Comercio porque esto generaba crecimiento de los países, “esto no fue así, porque se generó más desigualdades y muchas economías se cerraron. Quién dijo que iba a ver más desigualdades: nadie”, remarcó.
En el caso argentino, el autor de “Riqueza y pobreza en América Latina”, con respecto a la apertura se basa en el aumento del volumen de la materia prima, “pero ésta apertura no debe ser indiscriminada, sino hacer un proteccionismo a estos productos vulnerables. Hoy se observa que no hay un fuerte crecimiento, pero se mantienen constantes las exportaciones”.
Estas exportaciones generan divisas para los países, pero avisó que “la plata de hoy es la pesadilla de mañana, y además reduce el aparato productivo. La globalización es un nuevo nacionalismo, que no va hacer desaparecer a los Estados, sino que deberán funcionar de otra manera para hacer estables sus económicas en el futuro”.
Luis Viviant
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