Desde Lima, primera escala de su gira por cinco países, el mandatario ecuatoriano afirmó que "la situación prebélica ya se dio con el bombardeo de nuestro territorio" en el conflicto que mantiene su país con Colombia, y demandó "se sancione al agresor" en el ámbito de los organismos multilaterales regionales.
"Jamás se justificará que a pretexto de resguardar la seguridad interna se atente contra la soberanía de otro estado", afirmó el mandatario tras reunirse con su par peruano Alan García, y pedir el alineamiento de la región en torno al rechazo de la violación del principio internacional de respeto territorial.
El mandatario ecuatoriano afirmó que "la región no puede tolerar" la ruptura de los principios de la OEA y del derecho internacional, y reclamó que el Consejo Permanente del organismo se pronuncie en ese sentido "y se sancione al agresor del Ecuador".
Correa cosechó en Lima el respaldo del presidente García, quien en conferencia de prensa conjunta, reclamó "explicaciones claras" a la irrupción de fuerzas militares colombianas y se comprometió a hacer "todo lo posible para que haya una plena satisfacción con el pueblo ecuatoriano".
García también alertó que Venezuela "no debería añadir incandescencia, ni palabras ni hechos a este tema", en referencia a la postura que adoptó Chávez tras la muerte de 19 guerrilleros y el número dos de las FARC Raúl Reyes en un bombardeo en territorio ecuatoriano.
El gobierno ecuatoriano reiteró su postura ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU al denunciar el bombardeo "intencionado" de su territorio por parte de Colombia que, según el ministro de Justicia y Derechos Humanos de Ecuador, Gustavo Jalkh, puso en peligro a todos los ecuatorianos.
"El territorio de Ecuador fue bombardeado y ultrajado intencionalmente, poniendo en riesgo los derechos humanos de los ecuatorianos", dijo el ministro, según un despacho de la agencia Europa Press.
El país andino también llevó su denuncia al Consejo Permanente de la OEA, en Washington, donde pidió al organismo que envíe una comisión que "investigue y verifique in situ" la "violación de la soberanía e integridad territorial" y anunció que "no será suficiente una disculpa diplomática".
Al mismo tiempo, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, anunció que denunciará a su homólogo venezolano ante la Corte Penal Internacional de La Haya, por "patrocinio y financiación de genocidas", reforzando las acusaciones sobre los supuestos vínculos de Caracas con las FARC.
"Nosotros -continuó Uribe- no necesitamos que simplemente nos den palmaditas en el hombro para expresarnos el pésame por nuestros muertos, mientras están refugiando a los verdugos de Colombia", y reclamó "solidaridades activas contra el terrorismo como lo indica la carta de Naciones Unidas".
El gobierno colombiano denunció que según en datos hallados en un computador decomisado al fallecido número dos de las FARC, Raúl Reyes, el gobierno venezolano tenía relaciones con ese grupo guerrillero y hasta le había girado, de acuerdo a la versión oficial, 300 millones de dólares.
La muerte de Reyes causó una crisis binacional con Ecuador, debido a que los militares colombianos ingresaron a territorio de ese país para dar muerte al jefe guerrillero, operación militar que permitió al gobierno de Uribe el secuestro de tres computadoras con documentación de las FARC.
En respuesta al hecho, Venezuela ordenó militarizar su frontera, al igual que lo hizo Ecuador, y ambas naciones expulsaron a las delegaciones diplomáticas colombianas de sus naciones, a lo que Quito prosiguió con la ruptura de relaciones. (Télam)
