El texto se conoció a dos días de la sesión del nuevo Parlamento cubano, que debe nominar de entre sus 615 integrantes al próximo presidente del país.
Ante la renuncia de Fidel, la designación podría recaer en su hermano y actual presidente interino, Raúl Castro, aunque también se le asginan algunas posibilidades al vicepresidente Carlos Lage o al canciller Felipe Pérez Roque, entre otros.
El comandante prefirió en esta oportunidad no involucrarse en la sucesión del mando haciendo mención a candidato alguno, y se limitó a decir que por ahora está "enfrascado" en "hacer notar" su voto en las deliberaciones del domingo próximo.
"Medio siglo de bloqueo les parecía poco a los predilectos. ¡Cambio, cambio, cambio!, gritaban al unísono. Estoy de acuerdo, ¡cambio!, pero en Estados Unidos. Cuba cambió hace rato y seguirá su rumbo dialéctico. ¡No regresar jamás al pasado!, exclama nuestro pueblo", enfatizó.
Contó que la noche anterior a la salida del diario Granma que contenía su renuncia pública "había dormido como nunca" porque "tenía la conciencia tranquila", y se refirió a las declaraciones de los candidatos presidencias de EEUU respecto de su decisión.
"Disfruté observando la posición embarazosa de todos los candidatos a Presidente de Estados Unidos. Se vieron obligados uno por uno a proclamar sus inmediatas exigencias a Cuba para no arriesgar un solo elector", deslizó.
"Ni que yo fuera Premio Pulitzer interrogándolos en la CNN sobre los más delicados asuntos políticos e incluso personales, desde Las Vegas, donde reina la lógica del azar de las ruletas de juego y adonde hay que asistir humildemente si alguien aspira a Presidente", completó con ironía.
Acerca de la sesión del parlamento que elegirá el Consejo de Estado y los cargos de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), reveló: "estoy enfrascado ahora en el esfuerzo por hacer constar mi voto unido en favor de la Presidencia de la Asamblea Nacional y del nuevo Consejo de Estado, y cómo hacerlo". (Télam)