La iniciativa cuenta con el apoyo del Obispo de San Isidro y titular de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, Jorge Casaretto quien la consideró "como un paso adelante" en la implementación de las políticas sociales.
"Esto es algo que venimos predicando y deseando desde el famoso Diálogo Argentino conformado tras la crisis del 2001. En aquel momento se empezaron a idear muchas respuestas a la situación social y una de ellas era justamente la tarjeta", explicó a Casaretto.
Precisó que la implementación de la tarjeta "le permite a la gente tomar sus propias decisiones y se evita todo lo que es la distribución de bolsones que siempre tienen alguna dimensión de exceso de asistencialismo".
Para el ex titular de Cáritas, el nuevos sistema "debe estar acompañado de una fuerte capacitación, sobre todo a las madres que son las que la van a recibir, para que sepan bien como usar estos medios y tomen sus propias decisiones acerca de lo que más le conviene para sus hijos".
Resaltó que desde Cáritas "se venía bregando desde hace mucho tiempo para que se tomen medidas que transformen la cultura de la dádiva en cultura del trabajo" y agregó que "debemos lograr que la gente que recibe alguna asistencia sea protagonista de su propia solución".
Las tarjetas, que comenzarán a entregarse gradualmente en todos los distritos bonaerenses a partir de marzo, tienen un valor de 100 pesos que serán recargados automáticamente una vez por mes, según informó el ministerio de Desarrollo Social provincial.
Tendrán una devolución del 5 % del IVA, podrán ser utilizadas en todos los comercios que posean el denominado Posnet y trabajen con el Banco Provincia y se podrán adquirir alimentos pero no cigarrillos ni bebidas alcohólicas.
Para el ministro de Desarrollo Social bonaerense, Daniel Arroyo, la Tarjeta Alimentaria "termina con un modelo tradicional de asistencialismo y le da la posibilidad a cada madre que arme la dieta alimentaria de su familia, accediendo a productos que el Estado no puede comprar como son las carnes y verduras".
"Por un lado, vamos a romper la intermediación de darle algo a alguien y que sea el gobierno el que defina si tienen que comer porotos o polenta, y por otro vamos a aumentar el poder de compra de las madres", precisó.
Arroyo explicó que se firmaron convenios con las grandes cadenas de supermercados para que "realicen descuentos adicionales cuando se utilice esta tarjeta" y detalló que se pondrá prioridad que las rebajas se hagan en los lácteos debido a que este plan está destinado a menores de 6 años.
El titular de la cartera social, explicó además que el rol que cumplían las manzaneras pasará a ser de "promoción y prevención, para lo que recibirán capacitación en temáticas como adicciones, calidad nutricional y desarrollo de proyectos comunitarios, entre otros temas".
