A principios de enero la policía se había desplegado delante de la casa de Spears. En ese entonces, se negaba a entregar a su ex marido Kevin Federline a sus hijos Jayden James, de un años, y Sean Preston, de dos.
Dado que estaba bajo influencia de drogas o alcohol, fue ingresada en un hospital. Un día y medio después, salió por su propia voluntad, por lo que perdió el derecho de visita de sus hijo, informó la agencia alemana DPA.