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La causa Belsunce tendrá fiscal exclusivo y están todos bajo sospecha

El crimen de María Marta García Belsunce sigue bajo investigación luego del juicio oral en el que fue condenado por encubrimiento el viudo Carlos Carrascosa y nuevamente tiene un fiscal exclusivo que desde que tomó la causa tiene a todos bajo sospecha: la familia, los vecinos y los vigiladores.
Se trata del fiscal Gonzalo Aquino, quien heredó la causa una vez finalizado el juicio oral porque era el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Pilar, la fiscalía de origen del expediente.

Pero por decisión de su jefe, el fiscal general de San Isidro Julio Novo, Aquino fue relevado de otras causas y pasó a dedicarse exclusivamente al expediente Belsunce, como ya había sucedido en la instrucción anterior con el fiscal Diego Molina Pico.

Aquino está acompañado en la investigación por dos secretarios judiciales y dos instructores de la Procuración bonaerense y, además, incluyó en la pesquisa a tres detectives de la Subdelegación de Investigaciones de Pilar.

Fuentes judiciales indicaron a Télam que desde que Aquino tomó la causa a fines de agosto de 2007, el voluminoso expediente ya tiene dos nuevos cuerpos.

"El fiscal Aquino está investigando a todos. No deja ninguna hipótesis de lado. La familia, los vecinos y los vigiladores que trabajaron en el country Carmel están en la mira", dijo una fuente judicial.

Es que Aquino debe seguir las instrucciones del fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de San Isidro que el año pasado, al margen de condenar al ahora excarcelado Carrascosa a cinco años y medio de prisión por encubrimiento agravado, ordenó que se sigan investigando todas las hipótesis planteadas en el debate, como pidieron las partes.

Por eso es que Aquino, por un lado investiga, tal como lo planteó Molina Pico en el juicio, a la hermanastra Irene Hurtig y a su esposo Guillermo Bártoli, como coautores del crimen.

Pero el fiscal también avanza, como siempre sostuvieron los abogados de la familia García Belsunce y la defensa del viudo, hacia un supuesto homicidio en ocasión de robo en el que los principales sospechosos son los vigiladores que trabajaban en el country y el polémico vecino Nicolás Pachelo.

Sobre la pista de los Bártoli, la fiscalía analiza en estos días una serie de pruebas que el matrimonio presentó para derribar el nuevo móvil del crimen planteado en el juicio por Molina Pico, es decir, una discusión entre dos mujeres que serían Irene y María Marta la noche previa al día del homicidio.

Esa discusión fue introducida en el juicio a partir de dichos de testigos, entre ellos una vecina del Carmel que ya está fallecida.

Voceros judiciales indicaron a Télam que los Bártoli presentaron en la fiscalía una serie de fotografías y un video que acreditarían que esa discusión no pudo haber existido en su casa o al menos Irene no estaba porque la noche del 26 de octubre de 2002 fue junto a su esposo no sólo a la iglesia, sino también a la fiesta de un casamiento que se celebró en Pilar.

En lo que más avanzó la fiscalía hasta ahora es en la pista de los vigiladores de la empresa Cazadores, que en octubre de 2002 tenían a cargo la custodia del country.

Varios de los custodios que declararon en la instrucción y en el juicio fueron citados nuevamente para una testimonial y, según, fuentes judiciales, "volvieron a aparecer contradicciones entre ellos y entre lo que ya habían declarado".

Dos de los vigiladores más polémicos en la causa, José Ramón Alejandro Ortiz y Norberto Glennon, fueron sometidos por Aquino a un careo donde el segundo admitió que no estaba seguro de lo que ya había declarado en la instrucción previa.

Glennon fue el vigilador que había dicho que vio a Ortiz ingresar a la casa de María Marta junto a Carrascosa cuando su compañero fue a avisar que la masajista Beatriz Michelini estaba esperando autorización para ingresar al country.

El fiscal además está cotejando los registros de horarios y posiciones de los vigiladores y los ingresos y egresos de socios y visitantes del country el día del crimen.

Además, mandó a analizar nuevamente con el sistema VAIC de entrecruzamientos telefónicos las líneas de familiares, de la guardia del country y hasta de los vecinos, entre ellos, los teléfonos de Pachelo para investigarlo a fondo.

Incluso, el fiscal mandó a peritar un revólver 38 marca Taurus que hace unos meses apareció en un río externo al country Carmel y que allí había sido arrojado por un vigilador que misteriosamente la encontró tirado afuera del perímetro pero a la altura de la casa de Carrascosa.

Tal como ya se había determinado en otros pericias, este revólver fue descartado porque el arma utilizada para asesinar a María Marta fue un revólver calibre 32 que nunca pudo ser encontrado.

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